Esta página es un homenaje al gran Yagirobee, mi antihéroe favorito. Entre tanto guerrero noble y poderoso, hace falta un personaje cobarde y despreciable como Yagi, y me encanta! Una vez más, recorro a los artículos del maestro Cels Piñol. Os dejo con él:

Quién lo dice, que todos los grandes héroes tienen que ser altos, musculosos, rubios y muy atractivos? No todos los aventureros se parecen a Arnold Schwarzenegger. Yagirobee, por ejemplo, no se preocupa mucho de su propia imagen: pelo largo y mal cortado, unos cuantos quilitos de más de la cuenta, ropa sencilla y expresiones un poco groseras. Y la verdad es que no tiene ninguna intención de cambiar. Está contento del aspecto que tiene y lo que lo apasiona de veras es comer.

Durante la crisis de Piccolo padre, Son Goku fue a parar a una isla perdida en medio del océano. Cuando se hubo recuperado de una caída muy aparatosa, Goku olió a comida. Cerca de la costa se encontró un pescado que se cocía en una parrilla improvisada. Con la voracidad que lo caracteriza, Son Goku se comió el pescado en un abrir y cerrar de ojos sin pensar en que quizá dejaba a alguien sin cena. Y entonces, mientras el chaval empezaba a pensar en los postres, surgió Yagirobee con una espada en la mano y una Bola de Dragón colgada en el cuello.

A pesar del clarísimo exceso de peso, Yagirobee demostró que era un luchador efectivo, sobre todo haciendo cargas pesadas con la masa que representaba su cuerpo.

Cuando uno de los secuaces de Piccolo llegó a la isla, Yagi se enfrentó con él, después de decidirlo con Goku. Por muchos golpes que rebibiese, el guerrero gordito siempre contraatacaba. Con un tajo de espada acertado, Yagirobee partió en dos al servidor de Piccolo, preparó un buen fuego... y se lo comió. Esta falta de escrúpulos escandalizó un poco a Son Goku, pero comprendió que cuando el estómago se queja, cualquier cosa es buena para calmar el hambre.

Piccolo pronto llegó a la isla y volvió a dejar a Goku inconsciente, robó la Bola de Dragón y se marchó a preparar un asalto final contra los demás luchadores. Yagirobai, para despertar a Goku, lo metió de cabeza en el río. Este método tan poco ortodoxo funcionó perfectamente: el demacrado Goku le pidió ayuda, Yagirobee aceptó y lo acompañó hasta la Torre Sagrada de Karín.

Ya en la Torre, Yagirobee tuvo un ataque de glotonería y se zampó todas las Judías Mágicas que el Duende Karín guardaba en un recipiente. Desde aquel momento sabemos seguro que el gordito personaje tiene un estómago a prueba de bomba. Parece ser que Yagirobee vive en aquella Torre donde lo encuentran todos los guerreros que han hecho alguna visita al Duende Karín para pedirle consejo. Pues si que le debían de gustar, las Judías!

Aunque sea un poco egoista, Yagirobee puede llegar a comportarse como un guerrero ejemplar; lo que pasa es que, por naturaleza, él prefiere desaparecer de los lugares conflictivos. Al contrario que los demás, siempre dispuestos a medir sus fuerzas y a comparar sus técnicas de lucha con otros expertos en Artes Marciales, el gordito espadachín prefiere estirarse al sol y tomar un aperitivo suculento en los quioscos de la Ciudad del Oeste.

Yagirobee es un mensajero perfecto, pero no hay que pedirle nada más; ni siquiera que lleve en brazos al pequeño Trunks, porque en seguida empiezar a gruñir y a poner pegas.

Alguna vez ha participado en los Torneos de Artes Marciales, con un uniforme de la Federación Mundial de Lucha Libre (o muy parecido). Su amenaza a los contrincantes es que se les sentará encima de la cabeza...

Defectos: cuando juega un partido importante o especialmente violento, prefiere quedarse en el banquillo...

Virtudes: Se puede hinchar a comer especialidades de un restaurante mexicano porque después no tendrá acidez de estómago.

(Transcrito del artículo de Cels Piñol y José María Guerrero en Bola de Drac sèrie blanca núm 85.(en catalán))