CAPITULO III ¡QUE FAMILIA! Padre de Anais: Así que usted es el chico que conquisto el corazón de mi hija menor Anais. Comento felizmente un hombre muy alto, ya que París le llegaba al hombro; este vestía elegante, un traje café oscuro, su cabello era como el de Lulú, café claro grisáceo, al igual que sus ojos y daba golpecillos en la espalda del joven, haciendo sonrojar a su hija. Anais: Papá... Padre: Ya, ya Anais, no hay por que avergonzarse, ¿O si muchacho?. París: Pues...La verdad... Madre: Pero miren nada más que sorpresa me encuentro, si es mi Anais y su joven enamorado. Se escuchó su voz al entrar al comedor, era una mujer joven, de larga cabellera rubia y ojos verdes, esbelta vestida con un pantalón y saco morado; en cuestiones de segundos desapareció reapareciendo con una cinta de medir, con la que hacia medidas del cuerpo del joven rápidamente. París: Disculpe mi imprudencia. Pero me gustaría saber que es lo que hace. Preguntó mientras la madre le levantaba las manos. Madre: No te muevas tomó medidas para sus vestimentas del día de la boda. Anais volteo a ver enojada a Lulú. Anais: Les dijiste lo que te pedí guardar en secreto?... Lulú: Y para que guardarlo de esa manera si de todas maneras lo sabrían tarde que temprano. Madre: Claro esta, mejor prevenir que lamentar, así tendremos tiempo suficiente. La joven de nuevo vio a su hermana por lo que esta se acerco a la muy hiperactiva madre. Lulú: Quería decirte que...¡Yo te ayudo!. Anais cayó al suelo, después miró a su tan especial familia rodear a París, el cual observaba a la joven, sonriéndole tiernamente. París: Oye...No te preocupes Anais... Padre: Lo siento señoritas, pero este joven se irá conmigo a una reunión solo nosotros dos. Madre: De acuerdo, pero primero comamos algo, deben tener hambre. Lulú: Yo te ayudo a ordenar la comida. Dijo mientras salió del lugar. Madre: Muy bien señor París, tome asiento y disculpe la bienvenida que le dimos, solo queríamos hacerlo sentir como en su hogar. París: Son ustedes muy amables, es la primera vez que me siento en casa. Anais: Paris... Pocos minutos más tarde el papá de Marina había dejado respirar al obre Guru Clef que se sentía felíz por ello, pero ninguno de los dos rompía el silencio. Marina entró sorpresivamente Marina: Papá, necesito que me acompañes a comprar ingredientes para el pastel que estamos haciendo. Padre: Será un placer...Dijo caminando hasta ella, y viendo muy serio al chico le dijo. Padre: Luego hablaremos tu y yo. Madre: Yo me quedare con Guru Clef, no se preocupen por el tiempo. Marina: Mamá... Le habló al oído. Por favor no le digas nada de lo que te he dicho. Madre: Descuida, no se enterara por mi... Hija y padre salieron, y la madre termino su frase. Madre: En los próximos dos minutos. Después observo al joven uien seguia un poco asustado. Madre: Creo que necesitamos habar muy seriamente. Guru Clef: Como usted guste. Ella se sentó a un lado de esta y lo observo un poco seria. Madre: Dime una cosa... Guru Clef: ...... Madre: ¿Sabes como cambiar un pañal? Guru Clef: ¿Quién es un pañal? Madre: Uff, esto será más difícil de lo que imagine, sígueme. Dos minutos más tarde vemos a la señora sacando de un gran baúl todo tipo de ropa para el próximo bebe y cosas necesarias para el cuidado de esta, Guru Clef no entendía lo que le quería dar a entender. Marina: ¡¡Mamá!!¡¿Qué estas haciendo?!. Dijo sorprendida al ver lo que pasaba. Madre: Solo le estoy tratando de dar a entender lo que me dijiste, pero tal parece que es de otro mundo ya que no me comprende. Guru Clef: ¿Comprender qué?. Preguntó sujetando todo ese montón de cosas. Marina: ¡Nada! Mi padre te esta esperando en la sala. Dijo jalándolo del brazo, haciendo caer lo que sujetaba. Guru Clef: No me hagas esto Marina. Marina: ¡Solo ve! Quiere hablar muy seriamente contigo. Guru Clef agachó la mirada como perrito castigado y empezó a caminar hacía afuera. La madré la vió tratando de decir algo, esta comprendió por lo que siguió a el joven y lo abrazó del cuello, el hechicero le sonrió Marina: Discúlpame... Guru Clef: No tienes que pedirme perdón, trataré de hacer las paces con tu padre, será lo mejor para todos. Los tres sonrieron complacidos. Latíz: Vaya, si el otro traje era ridículo, este le gana. Se comentaba a si mismo mientras se veía en el espejo reflejándose un vestuario parecido al de Saturno. En una habitación muy sofisticada, las paredes de color azul, en donde se encontraba el espejo de cuerpo entero a un lado de la puerta de madera, al fondo de esta, una cama matrimonial de colcha azul oscuro sobresaliendo las almohadas blancas, en cada lado sus respectivos buroes con lámparas cafés y su pantalla blanca. Cameo: Oye, te estamos esperando para empezar a comer. Dijo mientras habría la puerta. Latíz: ¿Me esperan? Cameo: Claro, anda apresúrate. Y salió del mismo modo que entró. Latíz: ¿Y ahora que tramarán?. Preguntó mientras salía del lugar. Minuto después se encontraban sentados en sus pies alrededor de una mesa de madera que contenía los alimentos y un respectivo plato para cada quien. Mashiel: ¿Alguna vez has probado el curry? Latíz: ¿Curry?... Cameo: Mjum, cops, cops, esch much chabroso. Saturno: Cameo, te comportas como un adolescente. Mashiel: Déjalo Saturno, si tu llevamos a un sanatorio nos dará seguro de vida. Cameo: ¡Y hasta crees que me voy a dejar!. Grito Mashiel: Cameo compórtate, ya me batiste de cochinada y media. Tanto Lucy como Latíz se veían confundidos, de repente una enorme tabla salió no se de donde tomado por Saturno, con la cual golpeó a sus hermanos dejándolos inconscientes y en el piso, después tomó una vez más asiento como si nada. Saturno: Y dime Latíz, ¿Sabes luchar con la espada?. Pregunto mientras cerraba los ojos y tomando un bocadillo. Latíz: Si, ¿por qué? Saturno: Por que te estoy retando. Lucy: Saturno... Latíz: ¿En verdad quieres pelear conmigo? Saturno: Si tu ganas aceptaremos que te cases con nuestra hermana. Latíz: ¿Y si perdiese?...Saturno levanto la mirada. Saturno: Si perdieses deberás olvidarte de ella. Lucy: ¡El no aceptará una apuesta como... Latíz contesto antes de que terminara. Latíz: Acepto. Lucy: Latíz...Lo vio extrañada, este la miró. Latíz: No te preocupes, no perderé... Saturno: Entonces empecemos. Se levanto, al igual que Latíz. Latíz: Muy bien. Dijo emocionado Saturno: Pero después de comer...Y volvió a sentarse haciendo caer a Latíz. CONTINUARÁ.... Notas del autor. Mis queridos y grandes amigos que continúan todavía leyendo este fan fic, me alegra saber, que a muchas de las personas que les gusto el primer fan fic, me sigan apoyando en el nuevo, al igual que nuevas personas me dan el apoyo para continuar con este; últimamente he estado algo ocupada en la organización de mis vacaciones, espero que ustedes estén haciendo lo mismo, claro, si es que tienes, próximamente tendrán más de este, por que por ahora lo escribí traspasándolo de mi libreta, ustedes saben, en esas clases monótonas, que piensas que te quedarás dormido, mi imaginación empieza a funcionar, y bueno, pues ustedes vean los resultados... Nos vemos pronto... Atte. La loca.