Una Lágrima en la Oscuridad
 

por el Gnomo del Pergamino.






Capitulo 7.- Los genios y las Criaturas Divinas
 

        Los recuerdos revolotearon sobre la mente de Imadia, unos recuerdos que había enterrado profundamente en los más recóndito de su memoria, habían trancurrido muchos años de aquellos sucesos, muchos, muchos años.
        La brasas que alimentaban la fogata, chispearon. Gairok aventó un poco más de leña, y las llamas se avivaron por unos instantes.  Del otro lado de la fogata, sentadas sobre el pasto, Lucy, Marina y Anais, observaban al grupo de extraños, pero sobre todo observaban a Imadia. La que aseguraba ser Guerrera Mágica, sin embargo, no distinguían nada que les indicara que esa aseveración era real y no un engaño. Y parecía de unos 30 años, aunque como ya habían aprendido, en Céfiro la edad y la apariencia física es relativa y no indica absolutamente nada.
        —No podemos quedarnos mucho tiempo, tenemos una misión muy importante que realizar.—Dijo Anais, tratando de ser muy cordial.
        —Lo sé...—Respondió Imadia muy lentamente, tomandose todo su tiempo—Intentan derrotar a Zagato.
        —Si, ¿como lo sabes?—Preguntó Lucy.
        —Es obvio, no se preocupen, no haremos nada para deternerlas, espero que derroten a Zagato, pero debo advertirles: es muy poderoso—Zairok escuchaba extrañado las palabras de Imadia, ella lo había amenazado de muerte por insinuar el traicionar a Zagato, ahora hasta animaba a las que se decían Guerreras Mágicas a derrotarlo.
        —Lo sabemos, por eso nos convertiremos en Guerreras Mágicas, despertaremos al genio y con él lo derrotaremos.—Dijo Lucy levantando su puño en alto.
        —Muy simple, realmente muy simple. ¿Podrian decirme una cosa? —Dijo Imadia sin impresionarse.
        —Si, claro—Dijo Marina.
        —¿Pueden hacer magia?
        —Si, excepto en éste lugar ¿Por que lo preguntas?
        —Curiosidad. ¿cual es el hechizo más poderoso que pueden hacer?
        —Pues...Lucy puede hacer las Flechas de fuego, Anais su Tornado verde y yo el Dragon de agua.
        —Y supongo que son muy hábiles con la espada.
        —Un poco...—Dijo Anais modestamente.
        —Entonces..—Dijo Imadia muy pensativa—¿Podrian hacernos un pequeño favor?
        —¡Claro...!—Respondió Lucy antes que Marina o Anais pudieran abrir la boca.
        —¡Lucy!—La interrumpió Marina—No tenemos tiempo.
        —¡¿Por que no las matamos y ya?!—Dijo Gairok, perdiendo la paciencia y apretando fuertemente su espada.
        —¡Callate imbécil!, yo se lo que hago—Le gritó Imadia haciendolo desistir de cualquier intento.
        —Creo que tu amigo es un poco grosero—Le dijo Anais a Imadia.
        —Disculpenlo, tiene el cerebro del tamaño de una Nuez.—Respondió ella.
        —¿Tan grande?—Dijo uno de los Proscritos, todos rieron, excepto Gairok, por supuesto.
        —¿Y que favor es ese...?—Preguntó Anais.
        —Existe un cristal negro en éste bosque que está causando muchos problemas, nosotros  no nos podemos acercar, y quisieramos pedirle que ustedes lo destruyeran por nosotros.
        —Entonces el Cristal negro sí regresó...-Dijo anais
        —¡No te preocupes, nos encargaremos de él!—Exclamó Lucy.
        —¡Que remedio!, ¡Pero ésta vez yo no distraeré a los monstruos!—Dijo Marina, recordando la vez pasada, donde tuvo que romper todos los records de velocidad al ser perseguida por los monstruos y de esa manera alejarlos del Cristal, dejando la vía libre a Anais, que desde la distancia con un arco y flecha destruyó el Cristal, o al menos eso creyeron.
        —¿Ya se habían topado con él?—Preguntó sorprendida Imadia.
        —Si, y creimos que ya lo habiamos destruido, pero veo que no.
        —Que coincidencia, yo tambien ya me había topado con él... Creo que el cristal se encuentra en esa dirección.—Dijo Imadia señalando un punto entre el espeso follaje. Las tres chicas se le quedaron viendo a Imadia...
        —¿Ya...? ¿ahorita...?—Preguntó Marina
        —Cuanto antes mejor, ¿no dijeron que tenian prisa?
        —Tienes razón, ustedes esperen aqui, puede ser peligroso—Dijo Lucy, las tres Guerreras Mágicas se levantaron y se fueron.
        —No entiendo nada—Dijo Gairok, Imadia esbozó una sonrisa malévola. Gairok sabia bastante bien, que cuando ella planeaba algo, no había nada ni nadie que la hiciera desistir de sus planes.
        —Esto es un golpe de suerte increible.—Dijo ella.
        —¿Pero por que las dejamos ir? Yo las hubiera des..
        —No seas estúpido, ni en tus sueños podrias ganarles, tal vez ni siquiera yo...para destruir el cristal negro tendrán que acercarse a él. Creo que anteriormente no se acercaron, ésta vez tendran que hacerlo...
        —¿Y...?
        —Ya lo veras, ya lo veras...
        —Y ahora...¿ que hacemos?
        —Nada, solo esperar...descansen, en unas horas ésto se volverá un infierno...—Imadia se recostó con la vista al cielo, despues de observar un poco las estrellas, cerró los ojos.
        Sabía que ni Gairok, ni los demás sobrevivirian a la batalla, pero que le importaba, tal vez tambien Las Guerreras Mágicas moririan, lo único que importaba es que ella ganaría, y de una vez por todas se enfrentaria a Zagato, sólo que esta vez seria diferente, esta vez ella ganaria.
        Poco a poco sus memorias regresaron a la epoca de su inicio como Guerrera Mágica, una ligera congoja la inundó, a pesar de todo, extrañaba esos tiempos.
        Nadie se dió cuenta de una figura misteriosa que observaba a la distancia.
 

        Por fín dejaron atras el infernal desierto, con una Imadia semi-desfallecida, un Zagato al borde del desmayo por la deshidratación, y un Molix muy agotado por irlos cargando a los dos.
        Encontró un bosquecillo con un pequeño estanque, ahí recostó a ambos y les dió de beber agua, muy lentamente, para no provocarles un shock, ambos tardaron algunas horas en recuperarse.
        Nova, después de descansar un rato se alejó, Molix supuso que iria a explorar, lo cierto es que no lo volvieron a ver, al menos no durante varios años.
        Se percataron que el paisaje lucía muy diferente, la vegetación estaba muy escasa y no por que estuvieran cerca del desierto. La magia que mantenia a Céfiro poco a poco se disipaba. La tierra empezaba a secarse y a agrietarse. Y el cielo iba perdiendo el maravilloso color azul y se estaba tornando gris y rojizo.
        Imadia permanecia muy silenciosa, algo raro en ella, y eso extrañó a Zagato.
        —¿Te sucede algo? ¿Te sientes bien?—Le preguntó.
        —No es nada...no te preocupes...—Y luego Dirigió una pregunta a Molix quien estaba pescando en medio del estanque, ya tenia algunas truchas atrapadas, listas para visitar las brasas—¡Molinex! ¿Estamos cerca de donde se encuentran los Genios?.
        —¿Y yo como voy a saberlo? Ustedes son los que deben llegar a sus respectivos Genios.
        —Me lo imaginaba—Dijo Zagato ya sin sorprenderse mucho.—Están por aqui cerca, pero no sabes la localización exacta.
        —¿En serio?— preguntó Imadia.—Pero como llegaremos a ellos, yo ni siquiera se lo que es un genio.
        —Yo tampoco lo sé... aunque...desde hace algunos minutos, estoy sintiendo una extraña sensación, por eso te pregunté a ti si te sentías bien, y cuando hiciste esa pregunta, no se por qué asocie esta sensación con los Genios.
        —¿Sensación?, No, yo no siento nada parecido, excepto...—Dijo Imadia.
        —Yá, no lo digas, ya se que es...
        —Perdón...
        —No luches contra esa sensación—Le gritó Molix, mientras luchaba por no perder la presa que tenia en sus manos—Dejate llevar.
        —Si... lo haré...pero después de comer que tengo mucha hambre.

        Una vez que estuvieron satisfechos con los suculentos pescados rostizados que preparó Molix y de remojarse un poco con el agua del estanque, liberando kilos de mugre, polvo y arena del desierto. Zagato decidió hacer caso a esa sensación. Se paró a un costado del estanque, cerro los ojos y trató de ubicar el origen de eso que sentía. Molix e Imadia veían atentamente. De pronto Zagato empezó a caminar, no de una manera normal, era como si lo llevaran, sus pies practicamente flotaban en el suelo. Se adentraron al escaso bosquecillo y siguieron caminando por algunos minutos hasta que se toparon con la pared de un cerro. Zagato se detuvo y se elevó unos metros, continuaba con los ojos cerrados, como si no se diera cuenta de lo que estaba sucediendo. Imadia intentó acercarse pero Molix la detuvo.
        Entonces,  la pared de roca que conformaba el cerro, se movió. Imadia pudo apreciar claramente como la irregular superficie de piedra tomó forma, en el proceso algunas rocas cayeron al suelo, poco a poco lo que antes era una loma inerte ahora se estaba convirtiendo en un gigante. Se formaron sus pies, manos, cabeza, luego los detalles, como dedos, ojos, etc.
        Y cuando el gigante habló, no hubo ninguna duda: el Genio de Zagato había despertado, y era enorme, de unos 20 metros de altura.
        —Mi nombre es Petrix ¿La fueza de tu corazón es merecedor de mi?—La voz era ronca, gruesa, muy profunda. Era la voz de un Genio de roca.—Debes demostrarmelo... necesito un prueba de tu voluntad...
        —¿Una prueba...?—Dijo Imadia, que escuchaba perfectamente lo que el Genio decía. Zagato descendió al nivel del suelo y abrió los ojos.
        —¿Como puedo demostrarte la fuerza de mi voluntad?—Preguntó Zagato.
        —Tu misión está amenazada, uno de ellos dos es un traidor, debes deshacerte de él, si deseas llevar a buen término tu misión, pero si te equivocas, habrás eliminado a un inocente...
        —¡Un momento! ¡Un momento...! ¿Me estas pidiendo que... eliga a uno de los dos?
        —Debes elegir adecuadamente, guiate por tu corazón y voluntad, debes eliminar al traidor...
        —Estas loco, yo no voy a elegir nada, si pones esas condiciones no eres un genio, y digas lo que digas, ellos no son traidores, ¡No lo son! ¿Me entendiste?—Aplausos...Imadia y Molix voltearon, al parecer Zagato y el Genio no se percataron ya que continuaron enfrascados en su discusión...
        —¡Que conmovedor...! ¡La prueba de voluntad del genio!, que bueno que las Criaturas Divinas no te piden ese tipo de cosas—Exclamó la persona que había aplaudido, junto a ella estaba otra...
        —¿Quienes son ustedes? ¿Que quieren?—Preguntó bastante molesto Molix, les habia costado mucho trabajo llegar hasta ahí, para que dos idiotas llegaran y se burlaran.
        —¿El nombre de Olbaid les suena?—Dijo la persona.
        —¡¿¿Tu eres Olbaid??!—Preguntaron al unísono Molix e Imadia,y al hacerlo sacaron sus espadas.
        —No soy tan importante, soy Alviclef, se puede decir que soy el segundo al mando—Molix se sorprendió, el conocía a Alviclef y la persona que estaba ante él, no se parecia en nada...
        —¡Alviclef!, ¡No puede ser, el era más...!
        —Ahora soy diferente...—Despues de decir eso, agregó—Ahora soy más poderoso—No lo habían notado, pero a un costado de Alviclef estaba un animal, cuando se movió, la mirada de Imadia se desvió para verlo. Parecía un lince, sólo que de color rojo.
        —No te saldrás con la tuya—Le dijo Molix. Pero Alviclef, simplemente lo ignoró. Se agachó un poco para acariciar al lince.
        —Querido Doblek, ha llegado el momento en que nos hagamos uno...—La otra persona se alejó algunos metros, eso indicaba sin duda alguna que estaba a punto de suceder algo...
        —Ten cuidado Imadia—Le dijo Molix —Este infeliz no se compara con ninguno de los que nos hemos enfrentado...—Con esas palabras Alviclef se hubiera sentido orgulloso, pero no le hizo ningún caso simplemente dijo:
        —Criatura divina con la que hice un pacto, escucha mis plegarias y revela tu verdadera forma...—Un aura roja cubrió a Alviclef y al Lince. El aura roja creció, cubriendolos a ambos en una sola, luego con una rapidez extraordinaria, creció hasta unos 20 metros y de entre esa luz roja surgió ¡Un Genio!. Molix no lo podía creer y mucho menos Imadia...
        —¡Dijiste que solo nosotros obtendriamos a los genios!—Exclamó Imadia
        —Y-yo...no me lo explico...¡Es imposible!
        —¡Imposible es que ustedes sigan con vida!—El genio de forma humanoide, con colores negro y rojo predominantes, tenía  la cara, garras y colmillos de lince. Se lanzó a aplastarlos, Molix e Imadia quedaron petrificados del miedo, vieron venir al gigante, cuando un estallido lo mandó a volar lejos, voltearon y el causante de tal golpe era ¡El genio de Zagato!, buscaron a Zagato con la vista pero no lo vieron, entonces ¡Estaba dentro del genio! al fin el genio lo había aceptado. El genio de Alviclef, yacia en el suelo a unos 80 metros de distancia. Imadia volteo a ver a la otra persona y entre el polvo que se habia levantado, pudo ver que sonreia, ¡El maldito estaba sonriendo!.  Doblek se movío y luego se incorporó. Y dijo:
        —No está mal...casi sentí ese golpe, pero si quieres conocer un verdadero golpe, entonces sentiras mi fuerza—El genio de Zagato no dijo nada, simplemente se avalanzó sobre Doblek, para tratar de golpearlo de nuevo, el piso retumbaba a cada paso que daba, el genio de Zagato tenía ahora un aspecto diferente, y contrariamente a lo que uno pensaría tenia un aspecto incluso más aterrador que Doblek, su color era entre cafe y negro, con salientes en sus brazos y piernas, muy delgadas parecidas a estalactitas, y su rostro mantenía el aspecto de roca. Doblek se puso en guardia, como si fuera a bloquear el golpe, pero cuando Petrix estaba muy cerca, cambió de posición levantó su brazo y le arrojó una intensa onda de energía, Petrix recibió el golpe de lleno y salió volando hacia atras, despues de dar algunos tumbos se detuvo cerca de donde estaba Molix e Imadia, estuvo a unos metros de aplastarlos.
        —¡Zagato! ¡No pelees a lo idiota!—Le gritó Molix— ¡Utiliza todo lo que has aprendido!—Zagato escuchó los gritos de Molix y al voltear se dió cuenta que ahi donde estaban corrian peligro, así que se elevó en el aire, tratando de que Doblek lo siguiera, y pelear lejos de ahí.  Y efectivamente Doblek lo siguió. Imadia al perderlos de vista en el cielo, volteó a donde estaba la otra persona, seguía sin moverse y tambien seguia sonriendo.
        —¡Los venceremos me oyes!—Le gritó al extraño. El empezó a acercarse e Imadia dejó de gritarle.
        —Solo han despertado a un genio, que pena, yo tambien queria divertirme.
        —¡¿Como rayos consiguieron esos genios?!—le gritó Molix
        —No son exactamente unos "genios", son deidades antiguas, dioses olvidados, que estan ansiosos por resurgir de nuevo y una vez que son invocados... son invencibles.
        —¡Mentira! ¡Jamás ha existido algo así!
        —Unos muy pocos lo sabían, Guruclef entre ellos, fué muy inteligente al ocultarlo tan celosamente, desafortunadamente para él y para ustedes, Olbaid lo descubrió, ahora ¡Preparense para su muerte!—Molix retrocedió un poco, Imadia observó la cara de miedo de Molix, en realidad estaba espantado, ni en un millón de años se esperaba eso, trato de sacarle unas palabras de aliento, de confianza...
        —¿Molix...? ¿Que está sucediendo...?
        —Será mejor que te alejes...ésto se pondrá feo...—Imadia se quedó paralizada por unos instantes, finalmente dió media vuelta y empezó a correr, el extraño al verla huir, creó una bola de energía entre sus manos y se la arrojó, Imadia no se dió cuenta, Molix dió un salto para intentar interceptar la bola, pero era demasiado poderosa y le explotó en la cara, cayó al suelo inconsciente entre un mar de sangre. Al escuchar la explosión Imadia se volteó, vió a Molix caer y regresó a auxiliarlo. El extraño rio.
        —Ja- ja, sólo es un debilucho, esperaba más de el.
        —¡Eres un maldito...!—Le grito Imadia, arrodillada ante Molix, intentando que reaccionara.
        —De hecho tambien esperaba más de ti, Guerrera Mágica.
        —¡Vete al infierno!—No muy lejos de ahí se escucharon  explosiones y estruendos, sin duda eran Petrix y Doblek peleando.
        —Seguramente esperas que venga tu mascota y te salve...—Imadia pensó de inmediato en Nova ¿Donde estaba?—Esperarás en vano, nos encargamos de él...
        —¿Nova está muert...?—se interrumpió al escuchar una explosión extraordinariamente fuerte, algunas piedras cayeron en el lugar, volteó y a la distancia se veía el hongo causado por la enorme explosión, a Imadia le vino a la mente la de una explosión atómica.
        —La pelea está por terminar...—Dijo el extraño, Imadia seguia pensando:  No era posible que Zagato perdiera...Pero sus ruegos se esfumaron cuando a la distancia apareció Doblek volando. No había señales de Petrix y Zagato. Doblek aterrizó haciendo retumbar el suelo...
        —Averi, ¿no te has encargado de ella?—Le dijo Alviclef, aún fusionado con Doblek. La mente de Imadia era un caos, ¿que rayos estaba sucediendo? Entonces una voz suave y tranquila le llegó de pronto, una voz que sólo ella escuchaba. Era la voz de Guruclef.  Cerró los ojos, a su alrededor, en medio de la oscuridad , le pareció que se materializó neblina de colores variados.
        —"Guerrera Mágica de otro mundo, no desesperes, tu eres la elegida, tu fuerza interior es más fuerte que de ninguna otra persona, sólo debes de tener confianza en ti misma..."—Dijo la voz.
        —"Pero yo..."—Respondió ella sin abrir la boca, tan solo con el pensamiento.
        —"No pienses negativamente...¿Tienes miedo por las visiones que tuviste en el salón del Pilar?" (N. del A. en el capitulo 3)
        —"Si...en esas visiones yo...muero"
        —"No tengas miedo, absolutamente nada está escrito, el destino lo creamos nosotros mismos, sólo dejate llevar por esa fuerza que estás reprimiendo, ten confianza en tu fuerza de voluntad, en tu magia...en tu magia de Guerrera Mágica...
        —"No tengo ninguna magia..."
        —"Si que la tienes, y es más poderosa de lo que te imaginas...solo abre tu mente..."—Imadia se dejó llevar, la neblina de colores empezó a caer, formó  una cascada, se deslizó en ella, las sensaciones se confundian a su alrededor, todo era un caos, pero en medio de ese torbellino sin razón, algo permanecia impasible, quieto, brillando, Imadia ante el vértigo que sentia al ir cayendo, se le dificultó un poco acarcarse a ese objeto, finalmente lo logró, ya viendolo de más cerca observó lo que era: una Diadema, no una diadema común y corriente, era la diadema de El Pilar. La tomó en sus manos...

        —Mírala, se quedó como idiota—Dijo Alviclef, Imadia continuaba sumida en una especie de inconsciencia, aunque estaba de pie.
        —Tal vez esté muerta de miedo—Ambos rieron a carcajada limpia.
        —Encargate de ella, no tiene ningún caso que yo esté aquí, regresaré para informarle a Olbaid que ambos "salvadores" de Céfiro están muertos...—Al decir ésto, se elevó y se alejó de ahi, Averi preparó otra bola de energía. Imadia abrió los ojos, observó a Averi que estaba concentrado en su esfera de energía.
        —Los derrotaré a todos—Al decir ésto, se quitó su mochila escolar de la espalda, rebuscó un poco, tomó la diadema, que siempre había estado ahí, y la puso en su frente. Ajustó perfectamente. Averi soltó la onda, pero ésta jamás llegó a su destino, se deshizo en el camino...
        —¡Perfecto!—Exclamó Averi—Finalmente has decidido pelear— La diadema en su frente se separó, ésta vez por si sola. Flotando en el aire empezó a cambiar y a brillar, y en un parpadeo, creció hasta el tamaño de un Genio. Imadia se desvaneció y apareció en el ínterior del genio. Esta vez, el genio era más estético ya que tenia figura femenina, ni rasgo de animal ni nada parecido. Averi al parecer no estaba impresionado y esbozando su ya odiosa sonrisa dijo:
        —¿Sabes por que esperamos hasta que despertaran a sus genios para atacarlos?—Se contestó a si mismo— Por que nuestras Criaturas Divinas no reaccionarían de otro modo, necesitan la sensación que desprende un genio para poder revelarse...—De debajo de la tierra, a un costado de Averi, apareció una especie de topo, escarbando la tierra para salir, al parecer siempre habia estado con él, pero por debajo de la tierra.—Criatura divina con la que hice un pacto, escucha mis plegarias y revela tu verdadera forma...— La criatura de Averi se fusionó con el, y creció mas alto que el genio de Imadia. Se veía imponente. Sin embargo Imadia permanecía impasible.
        La batalla estaba por iniciar...
 
 

Notas del autor.-

        Creo que estaran pensando en ahorcarme, (si vieran a traves del monitor, me verían escondido detrás del asiento, con un letrero diciendo: Oigamee nooo) porqué cambié drásticamente la historia (¿Genios de roca? ¿Criaturas Divinas? ¿Los Muppets? ah no, eso no) y porqué continuaré la narración hasta el próximo capítulo.
        Ya había comentado que iba a agregar algunas cosillas de los OVAS, aunque las cambie un poco para adecuarlas a la historia, tambien observaron que aqui aparecen fragmentos de la Historia regular y de la Saga de Imadia, pues la razón es que estoy empezando a conectar ambas historias ya que la saga de Imadia está por concluir.
        Según mi idea, además de los genios que representan a los elementos: aire, fuego, agua y tierra, (faltaria el quinto elemento: Leeloo Dallas) el de tierra se lo asigné a Zagato, ya que el original (de la serie) no tengo ni idea de a que corresponde, si es que corresponde a algo, existen las criaturas divinas, que al fusionarse con personas forman seres muy parecidos a los genios (y quien sabe, tal vez sean más poderosos). Las criaturas divinas,  son representaciones de dioses antiguos, y que no necesariamente son buenos, recuerden que en las antiguas mitologías hay dioses buenos y malos (Para más información sobre mitología referirse a Daisy Gabriela, Daga, ya que yo sé de mitologia lo que Ryoga de orientación)
        El caso de Imadia es único,  ya que su magia y su "genio" provienen de otra fuente que no son las dos anteriores. Provienen directamente de la diadema de El Pilar, tal vez la diadema tenga la esencia de un genio o tal vez...mmm ya estoy divagando, no me hagan caso. Se supone que eso no existe, pero la culpa fué de mi única y ya gastada Neurona que se le ocurrió la idea.
        Y si se están preguntando, ¿que concidencia que Imadia tenia en su mochila (en un principio era maletín, pero lo cambie a mochila) la diadema?, pero si checan el capitulo 3, nunca lo regresa a su lugar y tampoco nadie se lo pide, ¿quien querría quedar desintegrado por tocarlo?
        Este capítulo es el que más tiempo me ha tomado escribir, no por el hecho de escribirlo, ya que yo uso los diez dedos y la nariz para teclear, sino que no lograba hacer cuadrar las ideas locas que tenia con los hechos que ya habia establecido a lo largo de la historia.
        Tambien se habrán dado cuenta que no pongo el momento en que el genio de Zagato lo acepta, y es no crei importante ponerlo, en ese momento estaban sucediendo cosas más interesentes.
        Sobre lo de Nova decidí "cortarlo" de la historia (Es que se me acabo la comida para perros "pedigri" y para su temperamento, imaginénselo con hambre), aunque no está muerto, Alviclef y Averi le dieron una tremenda paliza, pero no lo mataron, por ahí anda el pobre perrito ( ó lobo ó coyote ¿que es?) moribundo buscando nuevo dueño.
        Y si creen que ya la traigo con Molix, al hacerlo que le metan cada golpiza, pues si, por presumido, para que no ande contando que el es muy fuerte y quien sabe cuantas cosas más.
        Mejor le corto sino las notas de autor terminaran siendo más largas que el mismo capitulo, y de cualquier manera sólo pongo tonterias.
        ¡Hasta el próximo!
 
 

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