lunes 21 de febrero de 2000

16:18 horas

Este es un fanfics basado en el animé y manga MAGIC KNIGHT RAYEARTH creado por Estudio CLAMP. A si que no se aceptan reclamos por derechos de autor, ni juicios, ni demandas ni nada por el estilo... ¿ok? ^_^

 

¡Feliz Navidad!

"Quiero volver a Céfiro una vez más y esta vez sin arrepentimiento.

Lo que quiero es vivir la nueva historia de Céfiro"

 

Capítulo primero: "Un deseo de Navidad"

Autora: Umi

Dos años atrás...

La batalla contra Deboner acaba de terminar y las guerreras mágicas, tras la desaparición de sus genios, están dispuestas a volver a casa...

- ¡Marina! –susurra una voz masculina a su oído

- ¡Guru Clef! Quiero decirte que yo...emmm.. –pero la jovencita se detiene, dudosa...

- No. No es nada... – responde al fin con las mejillas coloradas... no tiene sentido decirlo ahora... tan tarde...

En el presente:

Una chica alta y delgada se observa a si misma en el reflejo del vidrio de una puerta mientras se acomoda su larga y abundante cabellera azul-cielo.

Esta jovencita es Marina Riuzzaky, hija única de un prestigioso político y heredera de una grandiosa fortuna. Hace solo dos meses que fue presentada en sociedad... y la cantidad de pretendientes que se le presentaron en ese tiempo (el 99% desconocidos) era espeluznante...

Cualquier mujer, en su lugar se hubiese sentido orgullosa de ser la fuente de admiración de todos los hijos solteros de las mejores familias de Japón (¡me incluyo! ^_^), pero Marina no... Según ella, "tenía mejores cosas que hacer"...

Además (y esto no lo sabían sus padres) ella ya estaba enamorada.

¡Es increíble ver como el corazón del ser humano es capaz de guardar por tanto tiempo un sentimiento en el corazón y de no resignarse a perderlo, a entregarlo, a olvidarlo aunque pase mucho, mucho tiempo...!

Pero estos sentimientos no hacían feliz a Marina. Hacía dos años ya desde la última vez que se habían visto... y desde entonces todo era silencio.

Ninguna noticia, ninguna visita, nada; nada de nada.

Y ella no tenía medios para ir a verlo... su voluntad no era la suficiente... ¿¿Voluntad?? ¿¿Y a que viene eso?? ¿¿Ahora se necesita voluntad para ir a ver a la persona que amamos?? Pues en el caso de Marina, sí. Esto no se arreglaba con un simple pasaje de avión.

Guru Clef, el dueño de su corazón, reside en Céfiro, un mundo mágico al mejor estilo Christian Andersen. Y es TAN mágico, que la única manera de llegar es pasando un portal intrertridimensional que solo reacciona ante una voluntad muy poderosa... lo suficientemente poderosa como para guiar al planeta Céfiro a la destrucción con solo quererlo. Pero no confundamos: Marina quiere demasiado a ese mágico mundo y sería incapaz de desear su muerte. Ella solo quería volver a ver a Clef y mirarse en esos ojos azules tan expresivos y atrayentes que le habían arrebatado su corazón adolescente.

Marina no pudo evitar dar un suspiro de dolorosa resignación. Era imposible, jamás volvería a verlo... Sus ojos verdeazulados se llenaron de lágrimas. Era la primera vez en el día... la tercera en la semana... y la número nueve en lo que va del mes.

Con un hábil movimiento se las secó antes de que éstas se dignaran a rodar por sus mejillas (je! No en vano tomaba las clases sobre modales que ofrecía la Srita. M).

Pero algo la despertó de su ensueño: Una rosa roja se había aparecido frente a sus ojos.

Ella giró la cabeza, su corazón había acelerado su marcha (¿alguna esperanza tal vez?) Pero volvió a su ritmo normal al ver quién se la tendía.

-¡Francisco! ¿Qué haces acá?

El tono de voz de Marina no era presisamente de bienvenida. Una gota de sudor resbaló por el rostro del recién llegado.

- Vine a traerte esto, pensé que te gustaría... El color rojo te queda muy bien...

- Gracias – Marina tomó la rosa entre sus manos y la acercó para sí para oler su perfume.

- Si querés podemos ir a tomar un café o un té o...

- No, hoy no puedo –lo cortó – tengo un compromiso con Anaís y Lucy.

-¿¿Otra vez??

- Sí. ¿Porqué, algún problema?

El chico se quedó duro... ¿¿Qué podía responderle?? Después de todo, debía ser cuidadoso si quería conquistarla . Mejor callarse la boca, y obedecerla... más adelante, ya vería como quitarle las mañas.

Volvamos, nuevamente, dos años atrás...

La batalla contra Deboner acaba de terminar y las guerreras mágicas, tras la desaparición de sus genios, están listas para volver a casa...

ella por fin volverá a ser feliz...

En el presente:

-¿¿Otra vez??

- Sí, Lulú. ¿Quieres que te traiga algunos bombones? ¡Los de la última vez te gustaron mucho!

-¡¡No intentes cambiarme la conversación, Anaís!!

La aludida sonríe y se encoge de hombros. Sus lindos rizos cortos y rubios se mueven acompañando el viento que penetra por la ventana. Sus ojos verdes tienen un brillo extraño...

- ¡Discúlpame, es que te gustaron tanto que creí que ibas a querer que te trajera más!

- ¡¡No soy tonta, no voy a caer en esa trampita tuya de nuevo!! –exclamó, furiosa, la otra chica de pelo castaño, rizado y largo. Vestía el uniforme del instituto CLAMP.

Sujetó por los hombros a su hermana (quien no es otra que Anaís) y la apoyó contra la pared de la habitación.

- ¡¡Soy tu hermana mayor y tengo la obligación de velarte!! ¡¡Tenés que decirme porque vas tooodos los santos domingos con tus amigas a la Torre de Tokio!!

- No te enojes...

- ¡¡NO ESTOY ENOJADA!!- gritó la chica dandolé un puñetazo a la pared, a pocos

centímetros de la oreja de Anaís.

No obstante, ésta última no alteró su tranquilidad.

- Entiende que estoy preocupada... Ya tenés 16 años y no veo que haya ningún chico en tu vida...

ningún chico se haya fijado en ti?

Lulú miró el rostro de Anaís que estaba iluminado por una sonrisa... *AY! ¿¿por qué siempre tiene que ser tan buena??*

De pronto, el rostro de Lulú se iluminó, una idea había brotado en su cabeza...

- Tu... ya tienes novio, ¿verdad?

Anaís se sonrojó.

Ésta ultima afirmación no era del todo cierta, y Anaís lo sabía. Pero, ¿¿Cómo podría explicarle a su hermana que estaba enamorada de un príncipe?? Y que había vivido un pequeño romance con él, que desde hacía dos años no lo veía, que pertenece a otra dimensión... Y ni que decir de lo que le llevaría explicarle como llegaron a conocerse, porqué, cuándo, en dónde...mmm... no. Mejor era quedarse callada y fingir que no sucedía nada, aunque tuviera que mentirle a toda su familia y cargar sola con la cruz.

Era doloroso, Anaís jamás había dicho una mentira en toda su vida... Pero las circunstancias la obligaban. Su historia era ilógica e irreal, fuera del contexto de lo posible y normal (sobre todo esto último). Y no es necesario ser superdotado para ver como reaccionaría la familia, la ciudad, el mundo!

Anaís respiró profundo, y apartando suavemente a su hermana mayor de en medio, tomó un pequeño estuche que estaba sobre el escritorio. Y lo abrió.

Luego se miró en el espejo y se puso los anteojos.

Volemos nuevamente dos años atrás (ya empiezo a marearme con tantas idas y vueltas...)

La batalla contra Deboner acaba de terminar y las guerreras mágicas, tras la desaparición de sus genios, están listas para volver a sus respectivos hogares...

Lucy, radiante de felicidad, estira sus brazos también... un poco, solo un poco más...¡tiene que alcanzarlo!... Pero sus dedos solo llegan a rozarse cuando una luz los cubre y las niñas vuelven a su mundo.

En el presente:

-¡Ya tienes listo el baño, Maciel! –grita una linda chica pelirroja saliendo de éste. No es muy alta, 1,56 máximo. Lleva el cabello atado en una trenza y una gran sonrisa ilumina su rostro.

El que habló fue Cameo, el otro hermano de Lucy. Él y Maciel formaban un dúo singular: se encargaban de ‘proteger’ a su hermana de todo pretendiente que ésta pudiera tener. Pero lo hacían más por ellos que por Lucy: les daba celos que ella posara sus ojos en alguien más.

La boca de Lucy se abrió hasta que su barbilla tocó el suelo... estaba sorprendida... sus hermanos... ¡a sus hermanos le gustaban sus dos mejores amigas! Nunca lo hubiese creído... bueno, eran muy amables con ellas pero nunca creyó que fuera por eso.

Lucy volvió a la realidad (el shock que le produjo la noticia fue muy fuerte) justo cuando sus hermanos estaban por estrangularse mutuamente.

-¡Cameo, Maciel, basta! – les gritó y se paró en medio de ambos. Era gracioso ver a dos chicos bastante altos siendo contenidos por una chica que ni con plataforma les llegaría a los hombros. – ¡¡Si actúan de una manera tan infantil Marina y Anaís nunca se fijarán en Uds!!

Eso no era verdad. Es realidad era solo una mentirita para que sus dos hermanos se comportaran como dos adultos... Lucy sabía de sobra que sus hermanos nunca conquistarían a sus dos amigas, simplemente porque ellas...

Tres minutos después, Lucy salió corriendo de su casa. Con un poco de suerte llegaría a tiempo para tomar el colectivo que la llevaría a reunirse con sus amigas.

"Y yo a ti..."

El semblante de la chica se tiñó de color cereza. Esas palabras... esas hermosas palabras... ¡Lo que hubiese dado Lucy por poder volver a oírlas! Su mente de las recitaba con frecuencia, especialmente en ésta época.

Pero esta chica no es de las que se dejan abatir. Desde luego que le daba tristeza no a ver vuelto a ver a su amadísimo Latiz, pero eso no le impedía a su corazón estar lleno de felicidad.

- No –pensó para sí- Yo no voy a llorar. Ya son dos años desde que lo vi, pero debo conformarme con saber que me quiere... ¡¡Aunque sea a distancia, pero me quiere!! Para el amor no hay barreras ni tiempo, nada impedirá que algún día vuelva a verlo... ¡Ese es mi sueño y debo hacer todo lo posible para cumplirlo!

40 minutos después, en la Torre... (¡Hey, las distancias no son tan cortas en Tokio!)

La aludida comenzó a reírse. Marina no había cambiado, había madurado, pero en el fondo seguía siendo la misma, la misma que había cautivado a Ascott y a...

Anaís cortó en seco sus pensamientos.

- *Va! Solo son ideas mías...*

Un silencio lleno de esperanza las rodeó por un momento...

Pero no pasó nada... Ni un destello, ni una luz, ni siquiera la de un fósforito... nada.

Nada de nada.

Los ojos de Anaís y Marina se llenaron de lágrimas

En el fondo, ella estaba tan desilusionada como las demás, pero no quería exteriorizarlo para que las esperanzas del grupo no terminaran por derrumbarse.

Como lo prometieron, las chicas vuelven a encontrarse, al día siguiente.

Están tristes; el año anterior probaron teletransportarse más de quince veces y no lo consiguieron... y éste año sucede lo mismo.

Las tres se toman de las manos y piden nuevamente el deseo. Es el sueño de ellas tres regresar a Céfiro y conocerlo en una época donde no haya guerras, ni conflictos... donde la gente tenga derechos sobre el destino su planeta... y para ver a las personas amadas, obviamente! ^_^

Pero no hubo cambios... otra vez.

Lucy pateó el piso con fuerza. Estaba llena de bronca.

- ¡¿POR QUÉ?! ¡¿PORQUÉ NO PODEMOS REGRESAR?!

Anaís se tapó la cara con las manos y empezó a llorar.

Nuevamente se tomaron de las manos. Instintivamente, las tres cerraron los ojos...

Estaban tristes, y en el fondo ninguna creía realmente que regresarían... Es que, las ilusiones, con el tiempo, van perdiendo su brillo si no se cumple lo que anhelamos...

Ya habrían pasado unos treinta segundos (que a las chicas se les hicieron eternos) y no había sucedido nada, no obstante, seguían sin abrir lo ojos... tal vez conservaban la esperanza después de todo...

De pronto, un grito proveniente de Anaís obligó a Lucy y a Marina a abrirlos...

Continuará...

 

 

Notas de la autora:

Antes que nada... si, ya sé que está fuera de temporada... ^_^U

Espero que no se les haya hecho muy largo. Quería profundizar un poquito sobre los pensamientos de las protagonistas y como es su vida normal en Tokio (después de todo... en la historia original no se da a conocer mucho).

Respecto de las medidas de Lucy.. errr... bueno, fue por venganza: Me cansa ver que todas protagonistas sean altas y delgadas... a sí que me tomé la libertad de describir a Lucy como soy yo (no, no soy pelirroja!! Hablo sobre las medidas!!), ya que a los catorce años era bajita, pues bien, que bajita se quede! ^_^

Por demás, no espero mucho. Este es mi primer fanfics... (bueno, no. No es tan cierto, he escrito muchos cuentos y mininovelitas, pero no están para publicarse). Mi propósito es profundizar en las relaciones entre los personajes, para terminar de satisfacer mi curiosidad de romance, ya que en este aspecto, Estudio CLAMP nos dejó medios colgados (bueno, eso creo yo... ^_^U). Pero ese es su estilo, y realmente me encanta (en serio! Aunque me enojo de vez en cuando... nunca un beso, un dibujo romántico...snif...).

Upps... Mejor termino acá o más que un capítulo esto terminará siendo una enciclopedia!

Un beshito a todos los que hayan aguantado leer hasta aquí, y uno más grande para los que quieran continuar leyendo mi historia, que por cierto, no es muy larga...

Hasta cuando el destino lo indique:

Umi

P.D: Acepto todas las críticas y prometo no enojarme... pero no sean muy duros, ¿he? ^_^U

Mi mail: casarini@servicoopsa.com.ar

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