¡Feliz Navidad!

Resumen: Anaís, Marina y Lucy quieren volver a Céfiro. Llevan dos años intentando y no lo logran. Tampoco reciben noticias de allá. Faltan pocos días para Navidad y las chicas están ansiosas por cumplir su sueño... ¿lo lograrán?

"Quiero volver a Céfiro una vez más y ésta vez sin arrepentimiento.

Lo que quiero, es vivir la nueva historia de Céfiro"

Capítulo segundo: Nuevas noticias

Autora: Umi

Lucy y Marina abrieron los ojos...

Sus manos entrelazadas se soltaron...

El grito de Anaís dejó de escucharse...

Y ellas dos comenzaron a caer...

¿Qué había pasado? Anaís había sido la primera en abrir los ojos después del segundo llamado. Era la más desesperanzada de las tres. Pero para su sorpresa, tanto ella como sus dos amigas, en vez de estar paradas en el piso de la Torre de Tokio se encontraban flotando... si, flotando en el cielo de Céfiro. ¡Su deseo se había cumplido!

Pero fue arrastrada por la gravedad antes de que pudiera avisarle a sus amigas... quienes se quedaron flotando en ese punto perdido del cielo.

Al escucharla, Lucy y Marina despertaron e inmediatamente siguieron el mismo destino que Anaís. Todo lo pudieron ver fue una manchita blanca (tal era el color del vestido de la chica) debajo de sus pies...

- ¿Dónde está Anaís? – le preguntó Lucy a Marina

Por su parte, la jovencita de cabellos rubios gozaba del momento aunque no estaba en una situación muy...emmm... "relajante"

Ella estaba feliz, había recobrado la esperanza. Se llevó las manos al pecho, sonrió...

Y sorpresivamente cayó encima de... ¿¿una mano??

Era una criatura de Céfiro que había venido en su rescate... para especificar, era una especie de rinoceronte con orejas de conejo, alita de paloma y manos humanas. Lo más llamativo es que tenía ojos verdes... (¡¡¡!!!).

A los pocos segundos, Marina y Lucy también aterrizaron sobre las patas del animal colocandosé al lado de Anaís.

- Eres uno de los amigos de Ascot, ¿no? –le preguntó Marina a la criatura mientras se acomodaba el pelo. Ésta respondió con una inclinación afirmativa de cabeza

Las tres miraron debajo de sus pies... donde se descubría una gigantesca isla.

A pesar de la diferencia de órdenes, la criatura no pareció preocuparse. Siguió su camino tranquilamente dejandolás donde a él, aparentemente, se le antojó: en la montaña flotante.

Lucy, Marina y Anaís se negaron a bajar, después de todo, ¿Qué iban a hacer en el Templo de Windom? No podrían bajar por su propia cuenta desde ahí sin arriesgar su vida (la montaña estaba flotando como a 10.000mts sobre el nivel del mar...si no eran más)

Y ellas no tenían planes de llegar a Céfiro hechas puré...

Pero el animal no gozaba de mucha paciencia, a si que, pese a la insistencia de las chicas por sujetarse a él, las terminó tirando sobre el suelo de la isla por la fuerza.

Luego, se fue (por no decir que huyó) a toda velocidad...

Pero nadie respondió... insistieron un poco más... pero nada...

Las chicas se dieron vuelta sorprendidas para encontrarse con un hombre vestido de armadura. Tenía pinta de ser un guerrero.

Las tres chicas se sonrojaron.

Las guerreras mágicas se quedaron atónitas... No podían dar crédito a los que escuchaban.

Si esto era una broma, las chicas no supieron encontrarle la gracia.

¿Windom muerto? ¿las guerreras mágicas no existen? Las chicas no entendían nada. Nunca se esperaron este tipo de sorpresas

-¿Y qué pasó con los otros genios? – preguntó Lucy a media vos. Ninguna tenía ánimos para hablar.

Pero la respuesta no llegó. Abruptamente las puertas del ex Templo del Cielo se abrieron de par en par dejando al descubierto una enorme habitación que se dividía en dos por una alfombra de color rojo. Al fondo, las chicas pudieron vislumbrar una especie de trono, el único amoblado en toda habitación.

Parado de espaldas a él, se encontraba un hombre. Se parecía mucho a Guru Clef... Llevaba el mismo báculo, aunque su corona era distinta al igual que ropa.. Y otro detalle, éste personaje era un poco más alto que él (por no decir buen mozo.... *_* )

Todos estos detalles hicieron temblar a Marina, quién fue la primera en percibirlos. Los ojos se le llenaron de lágrimas...

Lucy fue la primera en animarse, le había gustado el tono amable de la vos. Aunque no entendía cómo conocía sus nombres.

Por su parte, Anaís tubo que casi empujar a su otra compañera para que entrara.

Las tres caminaron hasta donde estaba el recién llegado. A sus espaldas se oyó el ruido de las puertas al cerrarse.

El joven la miró como si no entendiera.

¿Es necesario explicar la alegría que sintieron las guerreras al escucharlo?

Marina por poco se cae de espaldas al suelo (por suerte Anaís estaba ahí para sostenerla).

Lucy recorrió los pocos metros que la separaban del mago con los brazos abiertos. Pero se paró en seco al recordar que éste no era muy amigo de las demostraciones de cariño...

Él también se veía feliz a pesar de su tono formal. Y aunque su sonrisa no era tan amplia como la de Lucy, sus ojos dejaban traslucir abiertamente la emoción que sentía.

La que dijo esto fue Marina. A pesar de que su tono de vos demostraba lo contrario, estaba tan contenta como sus amigas... Pero por vergüenza no podía exteriorizarlo. Optó, pues, por parecer ofendida ante el último comentario de Clef, así podría disimular sus sentimientos y descargar los nervios que se le habían ido acumulando desde que llegó a Céfiro. Además, podría intercambiar alguna palabra con el mago sin tartamudear.

El Guru se la quedó mirando, serio (esto es lo último que se hubiese esperado la chica)... parecía pensativo. Esa mirada (una de las razones que había enamorado a Marina) hizo que la jovencita de pelo azul se ruborizara y se encogiera de hombros... como una alumna que es regañada por el maestro que le gusta.

Él pareció complacido por las respuestas y se sentó en el trono.

Antes esta afirmación, las mejillas de Marina volvieron a teñirse de rojo.

Pero la conversación se vio interrumpida (otra vez...) porque empezaron a escucharse, a lo lejos, voces... Pero aunque se distinguían, no se podía entender la conversación. De a poco, éstas se fueron haciendo más fuertes, hasta que los gritos, entendibles ahora, resonaban con eco en la habitación.

-¡¡SOS UNA MALCRIADA!! – gritó la primera vos

-¡¡PREFIERO ESO Y NO SER VIEJA!! – se escuchó por respuesta

Una pequeña puerta ubicada en un costado discreto del salón, se abrió bruscamente golpeando la pared y sobresaltando de todos los presentes, menos a Guru Clef, quién elevó una mirada suplicante al cielo mientras una gota de sudor bajaba por su mejilla.

Las chicas hicieron un gesto de repugnancia al escuchar esta frase.

Los ojos de la niña se abrieron como platos al escuchar el último nombre.

*ayyy, no!! ¿Y ahora que va a pensar Guru Clef de mí? Estoy perdida!!* ;_;

Pero el Mago Supremo de Céfiro no pareció prestarle atención a ese comentario.

* grrr... ni siquiera la escuchó... Ya va a ver cuando necesite ayuda de mi parte...* >:(

Hubo un silencio incómodo.

Caldina miró con fijeza a Marina, como esperando algo de ella...

* Vamos...*

* No, no voy preguntar por Ascot...*

* Por favor...*

* No quiero que piensen mal. Las chicas ya han preguntado por sus novios y él a mí no me gusta...*

El mago sonrió, había esperado pacientemente esa pregunta...

El rostro de Guru Clef mostró una visible sonrisa. Le encantaba ver que las... que Lucy y Anaís fueran tan fieles a sus novios.

-¿Paris? - preguntó Cigena. Le dirigió una mirada sospechosa a Anaís...

Pero la niña no recibió por respuesta otra cosa que un bastonazo enviado por el Mago Supremo de Céfiro.

Esta vez, el golpe que recibió fue por triplicado:

Nuevamente un bastonazo de Guru Clef (que, por cierto, se había puesto muy colorado), un golpe de parte de su hermana de sangre, para que se callara de una vez; y por último, uno de Marina... en defensa de SU Clef. Claro que eso último nadie lo sabía.

Cigena empezó a llorar. A las guerreras mágicas se le partió el corazón, pero ni Guru Clef ni Caldina parecieron preocuparse. Finalmente, la chica desapareció un segundo antes de que Guru Clef volviese a pegarle... por a verse atrevido a sacarle la lengua (Él también tiene su orgullo... :P).

Anaís y Lucy hicieron una pequeña reverencia ante el Mago Supremo y se despidieron.

Pero la chica no atinó a contestar ya que Caldina la abrazó y le tapó la boca.

El hombre puso una rodilla en el suelo en señal de respeto.

El dúo se cayó de espaldas ¿¿Eso era un capricho??

- Adiós, a sido un placer conocerte!

Un segundo después, Lucy y Anaís se encontraban sobrevolando Céfiro encima de un gigantesco pez volador... Mientras que Depar, desde el castillo, movía sus manos en señal de despedida deseansoles buena suerte.

Continuará...

Nota de la Autora:

Puf! ¡Si que me ha costado este capítulo! Supongo que se les habrá hecho pesado... yo lo encuentro aburrido, pero era necesario ya que a partir de aquí comienza la verdadera historia. Debería a verlo hecho más corto, pero quería eliminar algunas ideas sobre Céfiro... Además, si me pongo en lugar de las Guerreras Mágicas, yo hubiese querido quitarme las dudas desde el principio y no a lo largo de la historia.

Realmente, me salí un poco de los parámetros con éste capítulo, ojalá esto no desemboque en otro tipo de historia... Cuando pienso que el original de TODA la historia solo me llevó CUATRO hojas me pongo a temblar... ¡¡¿¿Eh creado un monstruo??!!

Y ya saben, acepto todas las críticas, pero sean considerados, por favor... Soy nueva en esto... Más adelante, si sigo escribiendo fics, me podrán criticar a sus anchas ^_^U

Un beshito de:

Umi

Mi mail es: casarini@servicoopsa.com.ar

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