Resumen: Las Guerreras Mágicas han cumplido su sueño de volver a Céfiro por tercera vez. Felices comprueban que Guru Clef también a cambiado su aspecto (está un poquito más alto ^_^) y que Caldina tiene una hermana menor llamada Cigena del Espliego que se lleva muy mal con el mago.

Ahora, Lucy y Anaís se dirigen a visitar a Latis y a Paris... esperando no encontrarse con alguna desagradable sorpresa...

 

¡Feliz Navidad!

 

"En mi mente estás como una visión

Que se siente dulce, tierna, y natural

Pasas el mural de mi intimidad

Llegas hasta el fondo de cada rincón

Me tienes aquí, como quieres tu

Vienes y desplazas a mi soledad

Me vas atrapando...

En mi mente estás palpitando a mil

Y verte mi lado es mi necesidad

El dejarte ir o decir adiós es morir en vida

En negarme a mi

Que mi libertad se termina en ti

Y sentirte cerca de nuevo

Es saber que te estoy amando..."

 

"Tu"---- NOELIA

Capítulo tercero: Corazón Amante

Autora: Umi

Advertencia: Este capítulo va a estar lleno de HORRORES de ortografía, pero es que mi computadora me cambió el corrector por desición propia y ahora lo tengo en inglés...Lo peor es que no tengo el disckette para cambiarlo de idioma otra vez...^_^u

Mis respectivas disculpas a los interesados.

 

Anaís empezó a caminar. Estaba sorprendida, la ciudad de Cefiro se había transformado... aunque, bueno, ella también la había conocido en su peor época! ^_^U

No era una ciudad moderna. Las casas eran simples y no parecían muy fuertes. Los techos eran de paja y algunas (pocas) de madera. Parecía que solo había una calle ya que las casas se habían colocado una al lado de la otra en línea recta. Más que una ciudad, a la jovencita de pelo rubio le pareció que era una aldea...si, una aldea similar a la de los cuentos de hadas...

Aparentemente hoy era día de feria, ya que estaba llena de carromatos y carretas llenas de productos que estaban vendiendo.

De más está decir que la calle estaba atestada de gente...

Anaís se sentía perdida y sin saber a dónde ir... ¿¿Cómo encontraría a Paris entre tanta gente?? Además, corría el riesgo de que él la viese primero y eso hecharía a perder la sorpresa.

Siguió su camino, un poco incómoda porque sobre ella se habían posado todas las miradas... Después de todo, Céfiro no era tan grande y los extranjeros resaltaban en seguida... Por otra parte, la jovencita tenía motivos para llamar la atención: su ropa (un vestidido corto hasta por ensima de las rodillas, blanco liso con puntillitas al final y sin cintura marcada ni mangas y un pequeño escote), su calzado (unas sandalias de cuero), su forma de caminar... y sobre todo sus anteojos, cosa totalmente desconocida por esos ‘lares’.

Después de mucho andar (según su reloj de pulsera, habían pasado unos 40 minutos), Anaís logró divisarlo... Iba caminando acompañado de una mujer que le llegaba por el codo. Estaba cubierta por un poncho marrón de la cabeza a los pies que no dejaban verle el rostro y caminaba con ayuda de un bastón... lo que daba a entender que no era muy joven... por lo menos de aspecto! Estaban parados en la otra punta de la calle, lejos del bullicio de la gente.

Anaís enrojeció ligeramente al verlo... Lo veía de perfil, pero estaba tan apuesto como siempre. Su ropa no había cambiado mayormente con esepción de algunos detalles, seguía vistiendo de blanco con algunos toques de dorado y verde con esas gigantescas hombreras que lo hacían ver tan alto y formido...

Se mordió el labio inferior indesisa. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía que ir hasta él, obviamente, pero ¿y si no la recibía? ¿y si lo molestaba? No, Paris era incapás de despreciarla... le hablaría, aunque solo fuera por ser amable...

Se acercó a él caminando lentamente.

-Disculpen... –dijo parandosé a su lado y mirandoló ansiosa. Paris giro el rostro 90 grados en su dirección... De más está decir que se quedó helado al verla...

-A-A- Anaís...

-Hola, Paris. Es un placer volver a verte... –lo saludó haciendo una pequeña reverencia.

En el rostro de Paris apareció una inmensa sonrisa similar a una declaración a gritos de bienvenida. Los dos se quedaron sin habla...

Las dudas que Anaís tenía sobre el recibimiento que podría tener su llegada se disiparon en ese momento. La mirada color sol del chico se lo confirmaba..

Él estaba más que feliz. Su corazón prácticamente saltaba en su pecho y de no ser porque una repentina parálisis invadió todo su cuerpo la ubiese abrazado y besado hasta el cansancio...

Conteniendo la emosión, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no saltar sobre ella y, en cambio, tomar delicadamente su mano y estampar un devoto beso...

El cual ya se estaba haciendo demaciado largo y sospechoso...

-¿No vas a presentarnos? –interrumpió la anciana haciendolós volver a la realidad.

La adolescente retiró su mano con brusquedad poniendosé muy colorada...

-Mi nombre es Anaís Hououoji, encantada.

-Ella es Gneiss Uh Rivolusa, es una de las personas más sabias de Céfiro... Anaís.

El rostro arrugado y tostado de la anciana la miró con aprobación. Para su suerte, la jovencita tenía unos modales exquisitos. Su tono de vos suave y su gentileza eran dos puntos a favor cuando tenía que hacer sociedad.

-Gneiss, ella es una de las Guerreras Mágicas que salvaron nuestro mundo.

-Llegamos aquí porque era nuestro deseo. Extrañábamos mucho Céfiro, nosotras lo conocimos cuando estaba casi destruído, queríamos verlo hermoso, como era antes... Y queríamos encontrarnos con nuestros seres queridos.

-¿Dónde están Marina y Lucy?

-Lucy está con Látis, y Marina se quedó con Caldina y Guru Clef en el castillo.

Paris estaba nervioso, la presencia de Anaís había sido una verdadera sorpresa para él. ¡¡Y además estaba sola!! Esto no ocurría todos los días... No es que le molestara la presencia de las otras dos chicas, pero digamos que él prefería la intimidad...

Ubiese querido abrazarla y cubrirla de besos, pero con la anciana al lado las cosas se complicaban.

Suspiró resignado. No podía despachar a Gneiss, Clef le había encargado explísitamente que le hiciera compañía unas horas...

*Si tan solo pudiera tomarla de la cintura...* pero no, eso también era imposible.

* Maldito protocolo... Por lo menos Anaís le cayó bien... Diablos, que hermosa está, ¡¡y yo ni siquiera puedo tocarla!!*.

Pasaron algunas horas sin que la situación cambiara.

Habían llegado a la sima de una pequeña loma que era el punto de unión del bosque y la ciudad. Desde allí, la vista que se deplegaba era bellísima: Flores, árboles, pájaros y demás conviviendo en común unión con la madre naturaleza... junto con los humanos.

A nuestra visitante le angustió un poco el paisaje... es que, a sus ojos, Tokyo era demasiado artificial con sus edificios, fábricas y poco espacio... Y a ella, que disfrutaba de la naturaleza, le molestaba un poco vivir en un sitio tan frío...

Pero dejemos al trío un rato en paz y pasemos a visitar otra parte de Céfiro, más desértica. Esta vez nos toca ir al NorOeste, a las orillas del mar para especificar. Vemos una playa muy extensa (que más bien parece un desierto) y con abundante cantidad de médanos que marcan una clara división entre la orilla y la verde llanura.

Aquí encontramos a una alegre pelirroja de trenza que, a pesar de sus dieciseís cumplidos no aparenta tener más de trece o doce años. Viste un sencillo jardinero color verde inglés gastado, de pantalón largo y una remera sin mangas color limón. Ah! Y unas simples zapatillas blancas (bueno... originariamente tenían ese color ^_^U).

Lucy Shidou, pues, bajó a la carrera la no muy empinada montaña de arena, último obstáculo antes de llegar a una gigantezca nave que se encontraba estacionada flotando sobre el mar. Había muchos hombres trabajando ahí, cargando y descargando del y para el vehículo pesadas y voluminosas cajas de hierro.

-Por el tipo de diseño, esa nave seguramente es de Autosam... – razonó Lucy sin dejar a de correr. Aún le quedaban unos cien metros.

Por fín, sus ojos color sangre distinguieron a una figura alta (muy, muy alta... especialmente si la comparamos con la chica) de pelo corto y abundante flequillo negro.

Por supuesto, no era otro que Látis.

Lucy no necesitó llamarlo, él la vió desde que empezó a bajar el médano (las chicas pelirrojas no son cosa frecuente en Céfiro...). Y, por supuesto, corrió a su encuentro.

-¡Látis! –gritó Lucy hechandosé en los brazos que él le tendía.

-¿Qué haces aquí? – le preguntó él. Estaba emosionado.

-¿No se vé? ¡Vine a verte! -la chica se acurrucó en su pecho con una sonrisa de satisfacción- Mi amado Látis, te extrañé muchísimo...

-COMANDANTE GEOOO!!! – se escuchó en la nave. El grito provenía de un chico dos centímetros más alto que Lucy, pelo castaño, corto y que llevaba una gorra de aviador como las que se usaban a mediados del siglo XX.

-¿¿Y ahora qué diablos quieres Zas?? ¿¿No ves que estoy ocupado?? El ser un geniecillo no te dá derecho a an...

-ES LUCY!! – el chico señaló con el dedo un punto rojo y blanco no muy lejano.

-¿¿Qué?? ¿Qué Lucy? ¿de qué hablas? –le respondió Geo mirando en la dirección señalada mientras se rascaba la nuca en señal de incomprensión. No aparentaba más de veinticinco años. Tenía el pelo castaño y corto como militar y en la barbilla (muy bien afeitada) lucía una enorme cicatriz.

-Lucy Shidou, la guerrera mágica! ¡¿No me digas que ya la olvidaste?!

Los ojos de Geo se abrieron dando a entender que su memoria había vuelto.

-Ven, vamos a saludarla, está con Látis ahora!!- le gritó Zas y se lanzó a la carrera.

Detrás suyo, y para no ser menos, Geo comenzó a correr también.

Ellos dos habían sido los acompañantes del Comandante Eagle enviado de Autosam con la misión de invadir Céfiro y apoderarse del Pilar. Y a pesar de que las circunstancias los obligaron a convertirse en enemigos, tanto ellos como Lucy se llevaban muy bien.

-¡No seas aprovechado, Látis y déjanosla un poco a nosotros! – se quejó Zas con la respiración agitada a espaldas de los enamorados.

Lucy sonrió al verlos. Estaba sorprendida, no había esperado encontrarlos a ellos también.

-Hola Zas, Geo. ¿Cómo están? – la chica se apartó de Látis y les tendió la mano en señal de bienvenida.

-Hace tiempo que no te veíamos por aquí

-Es que... desde que regresamos a nuestro mundo intentamos volver, pero solo se nos concedió el deseo ahora.

-Bueno, pues por aquí todo marcha perfectamente. Látis es el encargado de la parte internacional y el intercambio comercial entre Autosam y Céfiro vá de maravilla.

-¿Su mundo a logrado sobrevivir entonces?

-¡Por supuesto que si! – festejó Zas- Gracias a Guru Clef pudimos extender las dimensiones del planeta y ahora tenemos más espacio y algo de naturaleza!

-Y no solo con Autosam – dijo Látis- Las princesas de Chizeta y Farem también han contribuído al desarrollo económico de nuestro mundo y viceversa.

-¡Déjen de hablar de eso! –los retó Zas- Yo quiero oír hablar a mi adorada Lucy.

Los ojos del chico brillaron como estrellas. Una gota de sudor resbaló por el rotro de la jovencita. Si las miradas pudieran matar, Zas hubiese estirado la pata más de una vez en ese momento ya que la que le hechó Látis ante su comentario no fue presisamente de felicidad...

-¿Qué es de tu vida Lucy? – le preguntó Geo tratando de salvar la situación. Tenía suficiente con las peleas entre sus hombres como para soportar una entre sus amigos.

-Bueno... aún estoy llendo a la escuela... Me falta un año para terminar.

-¿Y luego vendrás a vivir aquí?

-¿Eh? ¿Qué? NO!... Ups!... No, es que... no sé... nunca se me había ocurrido...

-Pues aquí siempre serás bienvenida para quedarte todo el tiempo que quieras – le dijo Látis apoyando su mano sobre la cabeza de Lucy.

-¡¡CAPITÁN!! –se escuchó desde la nave. Un chico de unos dieciocho años, rubio, de ojos azules y físico atlético venía corriendo desde allí

Se detubo a unos metros de ellos; tenía las mejillas sonrojadas.

A Lucy le pareció que era idéntico a Nick Carter...

-¿Qué pasa Tadeo? –le preguntó Geo

-Hay una pelea en la nave... –el rostro del joven se sonrojó aún más.

-¿¡Qué!? ¿¡De nuevo!?

-Lo siento, señor...

-Vamos, Tadeo! No es necesario que finjas delante de nosotros! –gritó Zas con una sonrisa de picardía mientras le daba un fuerte golpe en la espalda - Puedes llevarte a Geo, pero no inventes excusas!

Ahora si: la cara del chico parecía un verdadero tomate.

Geo también se sonrojó. Sujetó a Zas por el cuello y le murmuró al oído

-Me debes una amiguito...

Luego apoyó su mano en el hombro del chico rubio y se lo llevó.

-Hasta luego, Lucy. Espero que disfrutes tu estadía en Céfiro!

-A-a-adiós...

Lucy miraba a la pareja con los ojos perplejos... ¿¿Qué estaba pasando ahí??

-Es que Tadeo está enamorado de Geo – explicó Látis.

-¿¡QUÉ¡?... pero si son dos hombres!!

-¿Y?

-¿Qué tiene eso de malo, Lucy?... Geo se puso muy mal cuando murió Eagle, lo quería con toda su alma... Seguramente quiere reiniciar su vida.

-Si! En la nave los cargábamos de vez en cuando! –continuó Zas- Hacían una bonita pareja!

-Pero si Eagle estaba enamorado de...

-¿De mí? Si, ya lo sabía... –murmuró Látis con tono amargo

-Pobre Geo...

-¿Y ese de ahí quién es? ¿Por qué dijiste que mintió?

-¿Es que no es obvio? Tadeo está loco por Geo. Se pone muy celoso cuando está conmigo. Él está obsecionado con que hay algo entre nosotros. ¡¡Qué idiota!! =D

Lucy se quedó atontada. No podía creer lo que escuchaba... Tadeo estaba enamorado de Geo; Geo, a su vez, estaba enamorado de Eagle, quién se había enamorado de Látis y Látis estaba enamorado de ella... ¡¡y para colmo Tadeo creía que Geo quería a Zas!! Esto ya dejaba de ser un triángulo amoroso... más bien sería un hexágono o un trapezoedro...

-Zas, avísale a los trabajadores que les doy dos horas de descanso –le ordenó Látis

-¡Pero si no vamos ni por la mitad!Además todavía falta para el descanso...

-Pues hoy se adelantará. Quiero llevar a Lucy a comer algo. Nos vemos después.

-Adiós, Zas!

Lucy lo saludó con la mano y se fue por donde había llegado, pero esta vez con la persona que había ido a buscar...

Demoslé ahora una miradita al palacio de Guru Clef .

En él, Caldina estaba casi lista para llevarse a Marina con Ascot cosa que la chica se negaba a hacer rotundamente... Sabía cuales eran los sentimientos del chico y no tenía ningún interés en andarle dando esperanzas inútiles solo porque a la bailarina le parecía que hacían buena pareja.

-¡Nos vemos más tarde, Guru Clef! –se inclinó Caldina.

-Hasta luego... –murmuró Marina imitando a la mujer.

Una vez que las dos se fueron, un silencio ensodecedor cubrió toda la atmósfera de la habitación. Guru Clef se acomodó en su sillón dando un suspiro de cansancio y cerró los ojos quedando aparentemente dormido... Pero volvió a abrirlos unos segundos después; su corazón estaba latiendo muy rápido. Frunció el ceñó y se recostó en el respaldo del sillón, pero no pudo acomodarse...

-¿Dónde está Ascot? –preguntó Marina, más por sacar un tema para conversar que por preocupación.

Ya llevaban mucho tiempo caminando. El pasillo, muy ancho y extenso, tenía el piso de mármol negro y las paredes pintadas de un azul bastante deprimente. El castillo en si parecía estar de luto...

-Está al sur de Céfiro. Ahí vive con sus bestias.

-¿Pero no hace NADA?

-emmm... bueno, él no tiene un oficio definido. Lo tendría sino se hubiera peleado con Guru Clef el año pasado...

-¿¡Qué!?

-¡Es cierto, Uds. no saben nada!... Cuando terminamos de reconstruir Céfiro, Guru Clef tomó a Paris y a Ascot como dicípulos. Él es muy estricto con sus alumnos y no goza de mucha paciencia...

-¿Pero qué desató el conflicto? No me digas que Ascot fue insolente o caprichoso porque no podría creerte. Él siempre fue muy bueno conmigo.

-No pasa por eso. Ambos eran muy sumisos, pero ya sabes lo que Ascot siente por ti. Todavía no hacía mucho que Uds se habían marchado a su mundo y él aún sentía los recuerdos muy frescos...

-¿¿Clef lo hechó por eso??

-No, Ascot se fue por desición propia. Guru Clef le decía que si quería convertirse en un hechicero primero debía hacerse hombre y aprender a retener sus sentimientos. Esto lo enojó y después de una discución muy fuerte, Ascot renunció a ser su disípulo...

-Pobres...

-Una semana después Guru Clef cayó en cama con mucha fiebre. Estaba estresado... Yo lo asocié a la pelea que tuvo con Ascot. Es que, él jamás había perdido alumnos. Que suerte que no los viste discutir, no los hubieras reconocido.

-¿¡Pero qué se decían!?

-... no sé... no me acuerdo... – respondió Caldina vagamente.

-...hummm...

-¡Pero eso no importa porque ahora vamos a ir a verlo! ¡ya verás lo contento que se va a poner! Realmente te esperaba, Marina!!

-No te equivoques. Yo no estoy enamorada de Ascot, nunca lo estube ni lo estaré tampoco. No me interesa más que como amigo.

-¡Si, ya lo sé!

-...0_o...

-Ascot no es tu tipo. Por tu carácter necesitarías a alguien como Guru Clef!

Marina se sonrojó.

-¡Pero sería imposible que tu te enamoraras de él, es muy viejo para ti ja, ja, ja, ja, ja!

-¿Por qué?¿Por qué es imposible? El amor es un sentimiento que no se explica, simplemente es. No veo por qué no podría amarlo.

El tono de vos de la chica era amargo. Le había dolido el último comentaro de Caldina...

Cuando había visto a Guru Clef llegó a pensar que tal vez si podría abrirle su corazón... pero ahora...

*NO! Voy a decirle a Clef que todo lo que siento!!No puedo ocultar mis sentimientos, a mí no me pasará lo que a Lucy con Lántiz. Yo quiero saberlo todo desde ahora...*

La chica apretó los puños y dando media vuelta volvió sobre sus pasos dejando sola a Caldina, quién la miraba irse. Sus ojos reflejaban lástima...

-Pobre niña...- murmuró para si- ...es una pena por que sus sentimientos son verdaderos, pero llega demaciado tarde...

Luego siguió su camino por el pasillo hacia el establo.

Regresemos al la aldea de Céfiro...

El trío se instaló sobre el tronco de un árbol caído justo en la puerta de entrada al bosque y con vista a la ciudad.

Mientras Anaís charlaba amablemente con la "anciana", Paris sufría solito. Desde su punto de vista, la chica no estaba muy preocupada por encontrarse con él a solas. Eso le molestó un poco, pero aún así sabía que en cuanto ella le hablara todo su enfado terminaría... (aaa... el amor...)

Para su fortuna, una mariposa se posó sobre su el pelo rubio de Anaís y él, como todo un caballero, la ayudó gentilmente a espantarla... rozandolé "accidentalmente" la mejilla...

Gneiss Uh Rivolusa no era por nada una de las mujeres más sabias de Céfiro. En seguida se percató de las devotas miradas que Paris le echaba a la jovencita. Pero la obligación era primero y el chico debía pasar esa tarde con ella... aunque la dueña de su corazón ubiese llegado de improviso a visitarlo...

-Y dime, Anaís, ¿tienes novio? – le preguntó Gneiss súbitamente.

-No, no tengo.

A Paris se le puso el corazón en la boca.

-¿Y no te gustaría tener?

-A todas las mujeres nos gustaría ser felices al lado del hombre que amamos...

-Asi que estás enamorada...

-Tal vez...

-No te preocupes –habló Gneiss tomandolá por el brazo- Ya encontrarás al hombre indicado para ti.

Este tema de conversación era demaciado personal para el gusto de Anaís, quién ubiese preferido hablar de ello con el Principe y no con una desconocida... aunque ésta fuera una persona importante para el Mundo Fantástico.

Media hora después, la anciana se decidió a dejarlos. Supuso que la tortura de Paris ya había durado suficiente, mejor sería dejarlo en paz y que pasara el resto del día con la muchacha.

Él suspiró profundamente al verla marchar.

-Ahora si, eres toda mía... –murmuró y pasando el brazo por la espalda de la chica la tomó por la cintura.

Ella se ruborizó, estaba feliz de que aún la quisiera. Apoyó su cabeza en su hombro y empezaron a caminar hacia el bosque. No necesitaban más explicaciones. Ambos sabían que aún se pertenecían mutuamente...

-Paris, ¿llevas ensima la joya que te regaló tu hermana?

La vos de Anaís se quebró al decir las últimas palabras... Aunque había remendado su error salvando a Céfiro la última vez que habían llegado, los recuerdos estaban muy frescos y su conciencia de vez en cuando la torturaba con imágenes de aquel horrible ‘asesinato’ haciendolá sentir culpable por la muerte de Esmeralda.

-No, la tengo en mi habitación... ¿Quieres verla?

-No, no...está bien! Es que hoy te estube llamando y como no me respondías...

-Estoy feliz de que hayas vuelto... te extrañaba muchísimo...

-Yo también...

Caminaron un poco más hasta llegar a un arrojito.

Allí los esperaba una sorpresa... Cigeta.

-Buenas tardes, Majestad... –los saludó. Llevaba el cabello suelto y sus muñecas cargaban con una decena de pulseras.

El vestido blanco (sin mangas y con los hombros descubiertos) que ahora llevaba ensima le resaltaba muy bien su esbelta figura. Era largo hasta los pies y con un tajo a la derecha que partía desde la cintura hasta el suelo. Llevaba un cinturón dorado poblado de pequeñas piedras color rojo oscuro.

A Anaís le pareció un modelo femenino del estilo de ropa que usaba Paris.

-¿Qué quieres ahora Cigeta?

-Venía avisarle de la llegada de las Guerreras Mágicas pero veo que llegué tarde.

Mientras hablaba, sus ojos café se posaron sobre los verdes de Anaís echandolé una mirada asesina.

-Ya cumpliste con tu cometido. Ahora puedes volver con Caldina.

-Lo siento, Majestad, pero Guru Clef me ha pedido que me quede con Vos...

-¿QUÉ?

Paris se puso nervioso. ¿Cómo se atrevía Guru Clef a mandarle a Cigeta cuando sabía que Anaís estaba con él? Jamás habían hablado sobre su romance, pero suponía que el mago tenía suficiente sentido común como para darse cuenta de que querría estar a solas con ella.

-No importa lo que haya dicho mi maestro. Puedes irte, no te necesito.

-Pero...

-Por favor, Cigeta...

Mientras hablaba, un grupo de quince chicas rodeo a los enamorados y formando un círculo alrededor de ellos se pusieron a bailar.

Los trajes que usaban eran similares al de la hermana de Caldina.

Anaís no entendía nada... Se sentía algo incómoda; Paris no la había soltado y las miradas que Cigeta y las recién llegadas le dirigían no eran presisamente de bienvenida.

Y esas bailarinas...¿¿qué estaba pasando??

Entonces, el grupo de jóvenes, aún en círculo, una al lado de la otra, se arrodillaron fijando sus ojos en Paris.

El chico dió un suspiro de resignación.

*Diablos...justo tenía que tocarme hoy...*

-¿Quienes son, Paris? –le preguntó Anaís rompiendo con el prolongado silencio.

-Ellas son las candidatas que escogió Guru Clef y para el Príncipe cuando herede el trono. Y yo estoy entre ellas –respondió Cigeta con una sonrisa muy amplia...

-¿¿Son tus prometidas??

El rostro de la chica se puso blanco y dio un paso hacia el costado apartandosé de Paris, quien se había puesto aún más serio y sus mejillas se habían teñido de rojo

-Si, Anaís...- murmuró en tono bajo y mirandolá a los ojos – Una de ellas será la futura madre de mis hijos...

El sonido de una cachetada hizo eco en el bosque...

Marina recorrió todo el pasillo de una corrida. Extrañamente sus pasos no se escuchaban, había un absoluto silencio a pesar de que sus pisadas eran fuertes.

Se detubo ante la pequeña puerta por la que había entrado antes Caldina (la misma por la que habían salido) a recuperar el aliento

-¿Y no hay manera de retenerlo?

-Desgraciadamente, para mí no tiene nada de bueno que las Guerreras Mágicas hayan vuelto...

Marina paró el oído al escuchar esta frase...

-No te preocupes... – respondió una vos femenina- No es tu culpa.

-No quiero que mis errores del pasado vuelvan a repetirse.

*¿¿Clef?? ¿¿Ese es Clef??*

-Tranquilízate, ¡no podías preveer esto!

Marina entreabrió la puerta y miró quién había dentro de la habitación. Su corazón latía muy rápido, no le gustaba lo que estaba escuchando... y mucho menos por QUIÉN lo decía.

Pudo ver, entonces, al dueño de su corazón sentado en su trono (como ella lo había dejado) y al lado, parada a su lado y dandolé la espalda a la chica vió a una mujer alta, delgada con el pelo largo y rubio peinado con una cola de caballo.

Era Presea, la armera de Céfiro y entregada con devoto amor y propia voluntad a Guru Clef. Esto último nadie lo sabía con seguridad, pero entre los miembros de la Corona existían fuertes sospechas a creer que algo de eso había...

Marina tembló... ¿¿de qué estaban conversando?? No le preocupaba el hecho de que estuvieran hablando; ellas nunca llegaron a enterarse de que la armera estaba locamente enamorada del mago. De ser así, probablemente Marina jamás se ubiese atrevido a guardar con tanto recelo sus sueños y fantasías... No habían estado el suficiente tiempo en Céfiro como para poder "leer entre líneas"

-Francamente creía que no regresarían...albergué la esperanza un tiempo, no podía resignarme...

-Ascot te obligó, ¿verdad?

*¿¿Ascot??*

-Indirectamente si...tal vez... Pero por favor, no digas nada, Presea. Yo haré lo posible para encontrarmelás lo menos posible en este tiempo...

-No podrás hacerlo. Ellas te quieren y querrán verte.

-Vinieron aquí buscando a sus novios, yo no soy uno de ellos.

-Procuraré ayudarte en lo que pueda. Cuenta conmigo.

-Jamás creí que caería tan bajo: tener que mentirle asi. Soy el mago más fuerte de esta parte del universo y sin embargo no puedo controlarme a mí mismo! Todavía no puedo entenderlo...tengo 747 años, ¿por qué ahora? ¿por qué? ¿por qué no antes?

El gurú se revolvió inquieto en su sillón. Estaba nervioso y con el rostro enrojecido.

El corazón de Marina dejó de latir... En un instante perdió el contacto con sus sentidos... ya no escuchaba, ya no sentía, no veía... Su respiración cesó ... Un instante después, su cuerpo yacía tendido inconciente sobre el oscuro suelo del corredor...

Continuará.

 

 

 

Notas de la autora (¡¡gracias por leer hasta acá!!):

Bueno aquí me tienen de nuevo.

¿Les gustó el capítulo? Dedicado a todos los fans de Anaís y Lucy (visto desde mi romántica perpectiva...). Por si a alguien le interesa el capítulo cuarto se retrasará un poco más de la cuenta, no llegaré a tardar un mes pero por ahí andaría la fecha. Es que, apenas voy unos diez renglones y con la escuela realmente no tengo demaciado tiempo (comprendan...no soy de esas que asimilan todo en un instante, mi cerebro necesita su tiempo...especialmente si hablamos de química, física, inglés y matemáticas! ^_^u)

Por problemas de fuerza mayor tuve que complicar un poco más la historia...espero que esto no desemboque en el desastre ^_^U.

Además, ya les dije: intento hacer esta historia lo más real posible (ya saben como es Céfiro en ese respecto...^^u).

Bueno, como siempre digo, seguiré esperando las críticas...

Eso si...por favor... díganmé los cómos, cuándos, dóndes y porqués, de lo contrario no sabré en que estoy fallando y no podré mejorar mi escritura!! Entiendo que a veces da fiaca y/o miedo eso de andarle criticando a un extraño los errores, pero yo lo prefiero, de verdad. Por favoooooooooor..... ;_;

También son bienvenidas todas las ideas que quieran ofrecerme si quieren que algo "especial" suceda entre sus personajes favoritos siempre (no quiero robarles ideas a los escritores de fics, ¿he? Pero a veces uno tiene una idea suelta que se le ocurre y no sabe donde estancarla...Bueno, a mí me ha pasado!! ^_^u)...

Un beso de:

Umi

P.D: Como dato curioso (aunque no sé si les interesa, pero a mí me encantan estas cosillas), puedo decirles que los nombres de Cigeta del Espliego y Gneiss Uh Rivolusa no los inventé yo. En realidad son los nombres de dos de mis especies de mariposas favoritas ^_^.

Respecto a Tadeo...bueno, aquí hay un programa de TV en el que hay una pareja de homosexuales y uno de ellos se llama así (también se los cuento por si alguien les grita ese nombre por la calle...ahora van a saber qué quiere decir, ji, ji, ji ^^)

Mi mail es: casarini@servicoopsa.com.ar

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