Resumen: ¡¡Paris está comprometido!! ¡¡Y no con una, sino con dieciséis mujeres!! Anaís no sabe si enojarse y ponerse a llorar... Marina, por su parte, descubre que SU Clef ya no tiene interés en ellas y no quiere volver a verlas. ¿Y Lucy? ¿Qué le pasó? Nada que no imagináramos. Su relación con Látis no ha cambiado y ambos están dispuestos a ser felices juntos.

El regreso de las chicas al mágico mundo no es lo que ellas creyeron y las Guerreras del Viento y el Agua están decepcionadas con los acontecimientos ¿Qué pasará, regresarán a Tokio? Averigüenló en este capítulo...cha-cha-cha-chan-cha-chaaaaann... Poder perruno!! (Ouch! -_-u)

 

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

 

Capítulo Cuarto: Borrón y cuenta nueva I

Autora: Umi

Noticia Importante: ¡¡He recuperado mi ortografía en español!! SII!! (Lo que no resta posibilidades a encontrarnos con alguna sorpresilla impertinente... ^_^u)

 

El cielo cefiriano se cubrió con densos nubarrones negros. Soplaba un viento frío capaz de helarnos los huesos y la tierra asustaba con pequeños temblores...

Alguien, alguien con una voluntad sobresaliente, estaba sufriendo...

Cigena apretó el racimo de uvas que tenía en la mano hasta que el jugo empezó a correr por sus dedos. Estaba nerviosa.

"Si, una de ellas será la futura madre de mis hijos"

- La futura madre de sus hijos... – repitió

Esas palabras eran reconfortantes. Sin duda había sentido miedo cuando se enteró de que la Guerrera mágica que había estado relacionada con el príncipe había vuelto...

Sinceramente, ella nunca creyó que llegaría a conocerla. Bueno, nadie en el castillo pensaba que regresarían... excepto Ascot, el criador de animales. El Príncipe jamás las había mencionado (al menos, no frente a ella) a no ser porque alguien más sacara el tema. Nunca había dicho nada que dejara traslucir algún sentimiento que no fuera el de respeto. Es más, a sus ojos, él no las extrañaba...¡hasta llegó a creer que las había olvidado!...

Sus pies comenzaron a agitarse en señal de impaciencia.

-¿¿Por qué tuvo que venir ahora?? ¿¿Por qué?? Y justo cuando estábamos por comprometernos... maldita, maldita, MALDITAA!!

El racimo (o lo que quedaba de él) fue arrojado con violencia contra la pared de la habitación en la cual dejó una visible mancha color violeta.

Se encontraba sentada en una silla, en su habitación. Sus pies (pequeños, descalzos y morenos, como su piel) estaban recostados sobre una pequeña mesita donde había uno o dos libros abiertos que dejaban ver sus hojas amarillentas y una enorme fuerte llena de frutas.

Su amplia recámara tenía frente a la cama de dos plazas en la que dormía, un gran espejo de pared a pared con un marco grueso y plateado. Las paredes eran color piel y el suelo de madera caoba plastificada.

Cigeta miró al techo. Sonrió...

- Mi amado Príncipe...- suspiró - te amo, te quiero mucho...

El destello de un relámpago partió en dos el negro cielo...

Con toda la velocidad que sus delgadas piernas le permitían, Anaís caminaba por uno de los tantos pasillos que plagaban el palacio real de su ex genio Windom.

Llevaba una bandeja con una jarrita de porcelana llena de un líquido anaranjado, un vaso y un plato con una porción de algo que parecía ser una torta muy cremosa.

- Anaís!! - Se escuchó que alguien gritaba sus espaldas.

La chica apresuró aún más el paso y no se volvió a ver quién la llamaba.

Entonces, Paris la alcanzó y sujetándola por del brazo la obligó a detenerse.

Desgraciadamente el movimiento fue demasiado brusco; la chica giró sobre sus pies y volcó sobre sí misma todo el contenido de la jarra blanca.

-¡Lo siento! - murmuró el muchacho. Se quitó uno de sus guantes, la tomó por la cintura y apoyó su mano sobre el pecho de Anaís (lugar de la mancha) dispuesto a ayudarla.

Ella se ruborizó. Lo tenía demaciado cerca y con la cabeza inclinada él parecía pronto a besarla.

Pero ella tenía buenos reflejos y se apartó antes de que sucediera nada. Tomó el guante que el chico sostenía y, bandeja en mano, dió media vuelta dispuesta a continuar su camino.

- Gracias. Pero no te necesito.

- Anaís tenemos que habl--

- Adiós, Paris.

El príncipe corrió hasta ella, se le paró adelante y la sujetó por los hombros con mano firme.

No estaba dispuesto a dejarla ir.

- Tenemos que hablar.

- No tengo nada para decirte.

- Quiero que me entiendas, yo te quiero!

- No me importa.

-¿¿No te import...?? Anaís, sé razonable!

- Ayer escuché todo lo que tenías para decirme. No tienes que darme ningún tipo de explicación.

Forcejearon un poco. Ninguno de los dos iba a ceder frente al otro.

El pedazo de pastel quedó untado sobre la hombrera derecha del príncipe. La jarra se estrelló contra el piso haciendosé añicos, la misma suerte corrieron el vaso y la bandeja, que volaron por los aires.

-¿¿No lo entiendes?? ¡¡QUIERO QUE ME DEJES SOLA!! ¡¡NO QUIERO VOLVER A VERTE!!

Anaís lo tomó por codos haciendo fuerza para poder agacharse y pasar por abajo de ellos, pero fue inútil. Él era demaciado fuerte.

La chica, entonces, se tapó la cara con las manos y empezó a llorar...

Esto era más de lo que Paris podía soportar. Le partía el alma verla así...

Bajó los brazos suavemente y se apartó dando un paso al costado.

- ¿Esto es lo que realmente quieres?

-...

-¡ANAÍS!

-...

-... Está bien, entiendo la indirecta...- el chico empezó a caminar por donde había venido- Adiós, entonces...

Anaís se irguió.

- Adiós, Paris - murmuró.

Más adentrados al castillo y con una magnífica vista de uno de los jardines internos de Palacio nos encontramos a Lucy, a Nikona y a Marina.

Se encuentran en la habitación de ésta última. La chica de pelo azul está sentada en su cama cubierta por una inmensa colcha de un blanco inmaculado y apoyada en una nube de almohadones del mismo color. Viste con un simple camisón estampado con pequeñas florecillas rosas, de mangas largas y cuello alto abotonado por el frente. Lucy, en cambio, está sentada a su lado usando la misma ropa que el día anterior. Sostiene en su regazo a Nikona quién no para de agitar su orejas en señal de felicidad.

A los pies de la cama de puede ver tendida con mucho cuidado, la ropa de Marina: una pollera corta con estampado escocés verde y rojo, un suéter de hilo color gris y una camisa manga-larga blanca; el bolsillo estaba estampada en azul la cara de Rei Ayanami.

- ...Entonces Depar te trajo en brazos hasta aquí – finalizó la pelirroja.

- ¿Y qué dijeron Clef y Presea?

- Nada que yo sepa... Presea se preocupó bastante. En la madrugada nos turnamos entre ella, Anaís y yo para cuidarte. Tenías mucha fiebre... Es una suerte que Caldina sepa de hierbas mágicas.

- Si, ahora estoy mejor. Y dime ¿Qué cara puso Clef?

- ¿¿Cómo que qué cara?? Cuando te encontraron ahí desmayada se preocupó. Pero no tuvo ninguna reacción extraña. Él también estaba angustiado... Bueno, en realidad siempre se preocupa por nosotras, es muy bueno! ^_^

- Ahhh...

La pelota blanca con orejas empezó a moverse. Parecía muy inquieta.

- Nikona, tranquilízate... ¿Por qué? ¿Esperabas algo en especial? Ya sabes que Guru Clef es muy serio, pero él nos quiere aunque nunca no lo diga!

Marina clavó sus ojos azules en Lucy, quién, mientras hablaba, soltó a Nikona dejándola que saltara y jugara sola por la habitación.

- ...N-no me mires así.. él es nuestro maestro, ¿recuerdas? ^_^u

Antes de que pudiera responder, se sintieron unos tímidos golpes en la puerta de la habitación.

Lucy corrió hasta ella y la abrió entornándola.

- Hola... Si, ahora está despierta. Anaís fue por el almuerzo...No, no sabemos nada, no lo hemos visto hoy... Si puede ser.. ^_^

La chica hablaba bajito y con la puerta semicerrada. Marina no podía enterarse con quién estaba hablando ni de qué.

- ¿Quién es? Hacelo pasar, estoy vestida...

- Bueno... – la pelirroja de trenza abrió la puerta con lentitud dejando el camino libre a un muchacho alto, de pelo castaño y un abundante flequillo que le tapaba sus hermosos ojos verdes.

- ¡¡ASCOT!! – Gritó la "enferma" con una enorme sonrisa y tendiendo sus brazos hacia él para abrazarlo.

El recién llegado se ruborizó y avanzó con paso lento hasta la cama

- Ven, siéntate!! - le dijo Marina conservando su sonrisa y dando pequeños golpes sobre la colcha al lado de ella. Él obedeció.

- Ascot... ¡Hace tanto tiempo que no te veía! –La chica lo envolvió en un cariñoso abrazo.

Y él se ruborizó aún más... Respiró hondo y se apartó. Su corazón saltaba, ¡parecía que quería salírsele del pecho!

- Bueno... Nikona y yo nos vamos! –dijo Lucy aún en la puerta. Su conciencia le dictaba que era mejor dejarlos solos...

- Muy bien.

- Adiós Lucy... –la saludó Ascot.

- Eeee.... Nikona, tenemos que irnos, salí de donde estés!

Pero el animalito no dio señales de vida

- Nikoooonaaaaa....

Marina empezó a impacientarse. Tenía que hablar con Ascot de un asunto importante y no podía perder el tiempo.

- Nikoooonaaaaa –volvió a llamar Lucy. La chica se fijó por todos los rincones. Nada.

- ¡¡SALÍ DE DONDE ESTÉS, PELUCHE ENDEMONIADO!! –gritó Marina

- Eeerrr... creo que no está... debe haber salido. Mejor me voy a buscarla afuera! ^_^u

Y Lucy los dejó solos.

- Entonces está mejor...- sentenció Guru Clef.

- Si –continuó Caldina- Solo fue un desmayo.

- ¿No tenía ningún golpe en la cabeza, o alguna herida?

- No

Presea miró asustada al Mago Real. De pronto se había puesto nerviosa.

Pero de los presentes ninguno se dió cuenta.

* Guru Clef, ¿no crees que tal vez Marina...?*

* Si, seguramente. Ya lo sospechaba, era muy raro que estuviera ahí por simple casualidad*

* ¿Y qué vas a hacer...?*

* Nada. Me lo tengo merecido. Dejemos que piense lo que quiera...*

*¿Y si se los comunica al resto de las chicas?*

* ...*

Estaban en un pequeño salón sin amoblado ni ventanas. Las paredes eran de un azul opaco y oscuro y el suelo era de mármol negro. En el medio había una especie de campana de cristal. Dentro, flotaba una esfera del tamaño de una pelota de fútbol de color violáceo. Junto a los recién nombrados estaban Lántiz, Ráfaga y Gneiss Uh Rivolusa.

-¿Quién está con ellas ahora? –preguntó Ráfaga

- Le pedí a Ascot que viniera a visitarla—sss... Lo siento, Guru Clef. No fue mi intensión...- Caldina se tapó la boca con ambas manos.

- No tienes que disculparte. Lo que haya sucedido entre nosotros en el pasado no debe involucrarse en las vidas de Uds. Y mucho menos en las de ellas; han venido aquí a visitarnos y debemos estar dichosos por volver a verlas...

-¿Cómo tu? –preguntó la anciana con un dejo de ironía.

Clef apretó con fuerza el báculo en su mano derecha.

- Si, como yo

- ¿Y qué vas a hacer con el príncipe?

- Él debe tener descendencia, es una manera de mantener viva la memoria del pasado

- ¿No notan raro a Paris? Parece ser que su relación con Anaís no ha sido muy fructífera.

- Con la cantidad de prometidas que tiene era obvio, Caldina –respondió Ráfaga

- Grrr... si tan solo esa estúpida de Cigeta no se hubiera metido en el medio!!

- No creo que ella sea la culpable –objetó Presea- las chicas han cambiado; si las miran bien se darán cuenta de que ya son mujeres y saben tomar sus decisiones. Tal vez el cariño de antaño no haya sido más que un simple amorío juvenil.

- Paris es un caballero, jamás se atrevería a jugar con ella.

- No necesariamente se tiene que jugar...- murmuró Clef- La vida está llena de incontables sacrificios...

Mientras hablaba el Mago Supremo alzó en alto su báculo, este brilló y la puerta de la habitación se abrió de par en par. El príncipe entró a la habitación.

En otra ocasión Caldina y Presea se hubieran reído al verlo entrar así, como estaba, con toda la ropa hecha un desatre y todo desaliñado... Pero al ver la mirada del chico ya no quedaban motivos para reír.

- Disculpen la demora...- murmuró mientras apoyaba una rodilla en el suelo.

- Te esperábamos

- Lo siento, Guru Clef. Tenía algo importante qué hacer... – Paris se mordió el labio inferior mientras se levantaba y mantuvo la cabeza gacha. Estaba nervioso.

Por la cara del chico todos pudieron dilucidar que algo grave le había pasado. De seguro el problema había sido con Anaís.

Gneiss Uh Rivolusa se le acercó compasivamente y lo tomó de la mano al tiempo que le dirigía una mirada de reproche a Guru Clef.

- Tranquilízate, ella sabrá comprenderte...

El chico levantó la cabeza y miró con fijeza al Mago Supremo de Céfiro. Éste se la correspondió.

- ¿No hay otra manera? – le preguntó - ¿Tengo que sacrificar mi corazón para...para...?

- No es necesario ser tan extremista – respondió la anciana con una sonrisa

El chico la miró esperanzado

- Entonces puedo...

- ¡Claro que sí! ¡No permitas que se vaya de tu lado otra vez!

- Pero yo necesito tu aprobación, Guru Clef... mi maestro.

El aludido se mantuvo serio y con la mirada fija en el suelo.

- No hay ninguna ley que lo impida... siempre y cuando cumplas con tus obligaciones – le dijo.

Gneiss Uh Rivolusa se acercó hasta Caldina y le susurró al oído

- Ven conmigo, tenemos que hablar...

- ¿Es sobre Cig-- - la anciana le tapó la boca con uno de sus arrugados dedos.

- Vamos, es importante. – Luego agregó en voz alta – Nosotras nos retiramos. Con permiso.

- Gneiss Uh Rivolusa, quisiera hablar contigo más tarde. Por favor, no te vayas del castillo antes de pasar por el salón del trono. –le dijo Guru Clef.

- Así lo haré, querido... Y, Paris...

- ¿Sí, señora?

- No vayas aún con Anaís. Yo te indicaré cuando debes hablar con ella.

- Muy bien.

* ¿Qué es lo qué vas a hacer?*

El rostro de Guru Clef reflejaba preocupación.

* Nada, solo trato de salvar tu alma del infierno*

* No es necesario, yo puedo manejarlo... *

* Je, je, je... Tan necio como tus padres. Es una pena, por un momento creí que habías madurado. Te pierdes de muchas cosas buenas con esa actitud tan cerrada.*

Guru Clef suspiró con impaciencia y sus mejillas se tiñeron de un leve color rosa.

Caldina hizo una reverencia, y ella y la anciana salieron de la habitación.

El viento comenzó a soplar con más fuerza...

- Anaís, ¿qué te pasó?

Lucy corrió hasta su amiga mientras hablaba. La chica estaba parada, en medio del pasillo. Con la bandeja vacía caída a sus pies, tenía la cara tapada con las manos.

En cuanto la chica pelirroja se le acercó, Anaís la abrazó.

No podía dejar de llorar...

- Paris.. Paris ya no me quiereeeeee... –sollozó

- ¿¿Quéeeeeeeeeeeeeee?? ¿¿De dónde sacaste eso??

- Está comprometido... va a casarce...

- ¿¿QUÉEEE??

Lucy se la llevó hasta su recámara (idéntica a la de Marina, aunque la colcha de la cama era de un tono rojo-pastel).

Ahí estarían más tranquilas.

Anaís se sentó en la cama y suspiró. Afortunadamente las ganas de llorar se le habían ido.

La pelirroja le tendió un vaso con agua.

- Látis mandó a los sirvientes a que me trajeran una jarra con agua y un vaso. Así me ahorro el viaje a la cocina por las noches si me da sed ^^

- Que suerte que tengas un novio tan atento...

- ¡AY! ¡Perdón!...solo intentaba animarte, lo siento...¡es que no sé que decirte! Yo siempre creí que Paris te quería con toda su alma, no puedo creer que te haya olvidado tan rápido!

- No lo hizo... Me dijo que aún me quiere pero no puede romper su compromiso con Cigeta...

- ¿¿Se va a casar con Cigeta?? 0_o

- Se lo ordenó Guru Clef.

- Claro... ahora entiendo... Guru Clef es su maestro ahora y debe obedecerlo, ¡pero él siempre se preocupó por nosotras! ¡no puede a ver cambiado de un día para el otro

Repentinamente, alguien tocó la puerta.

- ¿Quieres que abra? – le preguntó la chica pelirroja a Anaís por lo bajo

- No te preocupes por mí. Es de mala educación dejar a la gente esperando...

Lucy se acercó a la puerta y la abrió... para encontrarse con Caldina quién iba acompañada de una anciana que desconocía.

- Tenemos que hablar de algo muy importante con Uds. –dijo Caldina con vos firme

- ¿Podemos pasar?

- Euh...si, claro..pasen... –mientras hablaba, la chica terminó de abrirles la puerta.

Anaís se paró para recibirlas y se sorprendió de ver a Gneiss Uh Rivolusa entrar junto a la ilusionista. La mujer le sonrió complacida.

- ¿Cómo estás? – le preguntó

- Bien, gracias..

Anaís se sintió un poco avergonzada. Estaba segura de que tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

- Ay! Anaís querida, ¿qué te pasó? –gritó Caldina envolviéndola en un abrazo.

- Nada.. de verdad, estoy bien...

Si, en efecto... MUY hinchados... -_-u

- ¿Qué sucede, Caldina? –preguntó Lucy gravemente

- Ya te enterarás. ¿Dónde está Marina?

- Está hablando con Ascot. Aún sigue acostada.

Caldina y Gneiss Uh Rivolusa intercambiaron una mirada de preocupación.

- Lucy, ve a buscarla por favor.

- Pero...

- Es importante. No podemos perder tiempo –acotó la anciana

La chica se la quedó mirando sorprendida.

- Oh! mil disculpas... Soy Gneiss Uh Rivolusa, una vieja amiga de Guru Clef

- Mucho gusto, yo soy Lucy Shidou ^_^

Una vez hechas las presentaciones, la guerrera mágica salió disparada de la habitación.

La lluvia comenzó a caer...

Continuará

 

Notas de la Autora:

Bueno, bueno... Disculpen la demora (aunque valió la pena... gracias a eso, salí bien en los exámenes ^^).

Bueno, el próximo lo empezaré hoy, así que no tengo idea de cuando estará terminado (mi colegio tiene la extraña manía de empezar con las pruebas y mandarnos una de cada materia cada dos semanas como mínimo ^_^u). Bueno, todo sea por llegar bien preparada a la facultad!

Un beshito de:

Umi

P.D1: ¡¡Feliz Cumple!! Hoy mi ciudad cumple 124 añitos!! Ayyy...snif, snif, estoy emocionada ;_;

P.D2: Ya saben: acepto tooodas las críticas, consejos y demás cosillas que quieran darme (y también tomates, lechugas y cebollas... je! Con un poco de suerte me hago un ensalada gratis! ^^)

 

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