CAPÍTULO TRES. LA PÉRDIDA DE LOS PRISMAS

 

Mousse mira con precaución a su alrededor antes de terminar de asomarse por completo. El primer ataque de los aliados de Isthar fue sencillamente devastador y el mago no había tenido más remedio que esconderse en un agujero cuando escuchó aquél grito de "¡Kame... hame.. HA!", su instinto (muy bien entrenado por la vida diaria en Nerima) le avisó inmediatamente que lo que se les venía encima no era cosa de broma... Bueno, su instinto y lo que gritó Vegeta al escuchar eso (no, no lo transcribo, porque fue muy fuerte...), si al saiyajin le preocupaba un Kame-hame-ha, fuera lo que fuera, era mejor ponerse a salvo... Al parecer, casi todos habían llegado a la misma conclusión y, cuando Mousse sale de su escondite, se encuentra con que los demás están haciendo lo mismo, excepto Vegeta y Zenki, que no se han movido de donde estaban.

Vegeta no parece lastimado, aunque su ropa humea un poco; Zenki, por su parte, está inconsciente.

-¡Pero qué niño tan tonto! -gruñe el saiyajin-. ¡Le dije que se apartara!

-¿Y tú por qué no lo hiciste? -pregunta Marina.

-Era un ataque de nivel bajo, no podía lastimarme con eso, pero debo admitir que me tomó por sorpresa, no esperaba que él estuviera aquí.

-¿"Él"? -dicen los otros, Vegeta no les hace caso.

-¡¡¡Kakaroto!!! -grita-. ¡¡Cobarde!! ¡¡¡Sal de donde quiera que estés!!!

Casi inmediatamente, Goku baja hasta donde están, rascándose la cabeza y con una expresión ligeramente culpable.

-¡Vegeta! No pensé que estuvieras aquí...

-Tú nunca piensas. ¿Qué demonios te propones? ¿Te das cuenta de que le lanzaste un Kame-hame-ha a un grupo de niños?

Goku los contempla con sopresa, claro que a Lantiz, Afrodita y Máscara de Muerte no les agrada el comentario de Vegeta, pero los demás se ajustan más o menos a la descripción.

-¡Nunca me lo hubiera imaginado! Elantra dijo que eran terribles hechiceros, pero nunca había visto hechiceros con ese aspecto.

-¿Hechiceros? ¿Nosotros? -se ofende Chiripa.

-Bueno... yo soy un hechicero... -dice Ascot-. Pero no me considero "terrible".

-Debe haber sido un error, lo lamento. Se supone que debía atacar a los enemigos de la reina Isthar que quieren obtener los fragmentos del Prisma de Eternidad.

Vegeta sonríe, malévolo.

-Entonces, no te equivocaste...

Aprovechando que Goku está descuidado, Vegeta lo golpea y lo manda lejos. Evidentemente, a Goku no le hace ni pizca de gracia y regresa dispuesto a "devolver el favor". Pero antes de que pueda iniciarse una de esas interminables batallas estilo DBZ, que duran seis o siete (o más) capítulos, Cherry se interpone entre ambos, el resto de ambos equipos ya se ha reunido y los amigos y enemigos de siempre se reconocen asombrados de verse ahí.

-¡Esperen un momento! ¿Ustedes dos son amigos? -pregunta Chiripa a Goku y Vegeta.

-Sí.

-¡No!

-Pero se conocen...

-Sí.

  -Y todos estamos aquí por la misma razón: ayudar a unos desconocidos a recuperar algo que no sabes qué es ni entendemos para qué sirve, porque de lo contrario no podremos regresar a nuestros hogares -dice Chiripa, frunciendo el ceño.

-¡Pues yo me declaro en huelga! -declara Guaba-. No voy a pelear con Chiripa, conflictos entre empleados es causal de despido en mi país.

Una gota de sudor baja por la frente de Chiripa.

-¡Pues sí, cabeza hueca, nadie va a pelear en contra de nadie! -le grita-. ¡Pero no porque haya que conservar un empleo, sino porque alguien está engañando por lo menos a doce de nosotros! ¿Qué no se dan cuenta?

La mayoría sí lo había comprendido. Al resto (Guaba, Goku, Zenki y Serena) tardan un poco más en explicárselos.

 

-Parece que todo se echó a perder -murmura Elantra con aspecto de decepción.

-En realidad, creo que todo está saliendo a pedir de boca -responde Radel-. A Denali y a mí nos costó mucho coordinarnos para reunir a todos esos inútiles. Ahora discutirán durante horas y nosotros, mientras tanto, podremos apoderarnos de las piezas del Prisma.

-Bueno... -la princesa lo obsequia con una lánguida mirada-. Debo reconocer que no sé cual de ustedes dos es más inteligente.

Al tiempo que dice eso, la princesa piensa con fastido cuál será la manera más rápida de deshacerse de ambos una vez que tenga los fragmentos.

 

Una vena se destaca visiblemente en la frente de Lyrel, el líder del Clan Blanco se pasea de un lado a otro del salón. Clarisa lo mira ir y venir.

-¿Qué demonios se proponen? ¿Acaso querrán resolver nuestro conflicto con un torneo de "piedra, papel o tijera"? -dice de pronto.

-Tampoco sería mala idea.

-¡Clarisa!

-Tranquilo, ellos tienen razón en algo: es demasiado extraño que los representantes hayan sido elegidos precisamente entre personas que se conocen.

Lyrel palidece un poco. De repente se le acaba de ocurir una idea que no le agrada.

-Hay que ir inmediatamente a las ruinas de la Ciudadela y reforzar la guardia alrededor de nuestros prismas.

 

Puestos de acuerdo finalmente, los dos equipos se dirigen hacia el lugar donde han sido llevados los prismas, con la intención de esperar ahí a sus respectivos secuestradores y pedir una explicación.

El lugar en cuestión es un grupo de ruinas, agrisadas por el tiempo, de lo que alguna vez fue una pequeña ciudad. Ahí encuentran a alguien esperándolos... Radel.

-¡Comandante Radel! -exclama Cherry- ¡Justo la persona a la que quería hacerle un par de preguntas!

-¡¡TÚ!! -gritan Lucy, Marina, Anaís, Lantiz, Paris y Ascot-. ¡¡¡ASESINO!!!

Los demás los miran con asombro. Radel nada más sonríe.

-Bueno, ya veo que me encontraron.

-¿Qué hace usted aquí? -pregunta Guaba-. ¿No se supone que aquí sólo deben estar los fragmentos del Prisma y sus guardianes hasta que el duelo se decidiera?

-Hubo un ligero cambio de planes, la competencia entre ustedes ha sido cancelada.

-¿Ah, sí?

-Sí, los clanes resolverán sus problemas de otra manera. Pueden regresar a sus casas cuando quieran...

Hay una o dos caras de alivio, pero la mayoría son de desconfianza.

-¿No hay algo raro aquí? -dice Chiripa de pronto-. ¿Guaba, no debería haber más personas cuidando los prismas?

Por toda respuesta, Guaba le hace señas a Chiripa para que se asome cerca de los restos de una columna caída que está cerca de él; la joven mira y retrocede inmediatamente.

-Oh, qué... horrible... -entonces mira hacia Radel-. ¿Tú los mataste a todos?

Radel niega con la cabeza.

-No fui yo... -y entonces señala hacia alguien (o algo) que está arriba y detrás de ellos-. Fue él...

Los dos equipos guardan silencio y permanecen inmóviles, considerando las posibilidades.

-A mi señal... -indica Lantiz con voz firme y clara-. ¡¡DISPÉRSENSE TODOS!!

Los otros 23 obedecen automáticamente, buscando un sitio seguro entre las ruinas antes de averiguar qué puede ser lo que está detrás de ellos. Justo a tiempo, porque una ráfaga de energía barre el lugar donde se encontraban un segundo antes.

-Un dragón... -murmura Ascot, contemplando la inmensa bestia-. Jamás había visto uno de ese tamaño...

-¡Es más grande que Zeres! -exclama Marina.

-¿A qué clase de psicópata se le ocurrió hacer un dinosaurio púrpura y verde? -dice Afrodita, asqueado.

-Creo que eso es lo de menos... ¿A qué temperatura se funde el oro? -dice Máscara de Muerte.

-Pues no recuerdo, ¿por qué?

-Porque parece que está escupiendo fuego en nuestra dirección...

Los caballeros de Oro esquivan el primer ataque, pero su enemigo ya ha perdido todo interés en ellos, hay algo más ascequible cerca de ahí: una niña rubia con uniforme escolar japonés.

Serena contempla boquiabierta al dragón que está a punto de devorarla... en eso, una rosa roja vuela por los aires y va a clavarse en el hocico de la bestia. Mientras el dragón se agita, tratando de sacudirse el molesto proyectil, alguien recoge a Serena y la lleva a un lugar seguro a la velocidad de la luz.

-¡¡Mi querido Tuxedo Mask!! -exclama ella, echándole los brazos al cuello e intentando darle un beso.

-¡Quieta! -responde Afrodita, apartando la cara tanto como le es posible-. ¿¡¿Quién rayos es Tuxedo Mask?!?

-¿Eh? ¡Tú no eres Tuxedo Mask!... ¡¡¡¡Suéltame!!!!

-Como ordene la dama -Afrodita la deja caer.

-Pero qué bruto... -murmura Serena desde el suelo.

Cherry se pone en medio del camino del dragón, trazando un pentagrama en el aire.

-¡¡Yo libero el hechizo del Arca de Vajulah y lo hago ahora!!! ¡¡¡Zenki eres...!!!!

-¡¡Cuidado, niña!!! -grita Seiya, agarrándola de un brazo y sacándola de ahí.

-¡Oye, pero...! ¡¡¡¡ZENKIIIII!!!!

Zenki que, al oír el principio de la invocación de Cherry, se había acercado al dragón, listo para enfrentarlo, acaba de ser aplastado por la bestia...

-Uno menos -dice Vegeta, que está contemplando todo desde el aire.

-Tenemos que ayudarlos contra ese monstruo -dice Gokú.

-¿"Tenemos"? ¿Con qué derecho hablas en plural?

-Será mejor que lo rodeemos y lo ataquemos todos al mismo tiempo -le dice Hyoga a los caballeros de Bronce y Oro.

-Yo no recibo órdenes tuyas -responde Máscara de Muerte.

-Y yo no voy a trabajar con él -dice Shiryu, señalando a Máscara de Muerte.

Por otro lado, los chicos de Nerima están enzarzados en una discusión similar.

Guaba y Chiripa contemplan todo y luego se miran entre ellos, sendas gotas de sudor resbalan por sus frentes.

-Creo que no podremos ponernos todos de acuerdo antes de que ese dragón nos mate a todos -dice Chiripa.

-¿Alguna sugerencia, compañera?

-Sí... ¡¡Vámonos de aquí!!

Mientras tanto, Radel recoge los fragmentos del Prisma y se marcha caminando tranquilamente.

-Bueno, los clanes demostraron ser lo suficientemente confiados como para llevar su parte de la apuesta a terreno neutral y dejar sólo los guardianes que estipula la tradición... -dice para sí, con una sonrisa-. Espero que no les moleste demasiado arreglar el pequeño problema que les dejo ahí...

Las guerreras mágicas y los jóvenes de Céfiro van de un lado a otro, desesperados, nadie se molesta en escucharlos siquiera.

El dragón mira hacia uno y otro lado, con aspecto entre confundido y divertido... todos los que se supone deben combatirlo están discutiendo entre ellos.

Continuará... 

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