De la oscuridad brotó una figura, con largos tentáculos terminados en filosas puntas, un monstruo negroviolaceo imponente, rugía con furia dirigiendo sus ataques hacia un punto en especial. El zumbido de una espada cortó el primer tentáculo chocando violentamente contra el segundo, alejándose del monstruo con un rápido movimiento, un segundo ataque no resultó tan efectivo la espada salió volando por el contraataque del monstruo, el espadachín se encontraba en un serio dilema mas un rayo cruzó por sobre su cabeza derribando momentáneamente al monstruo y dando tiempo al guerrero de recuperar su espada, trató de encontrar a la persona que lo había ayudado pero la oscuridad era demasiada y sólo logró ver destellos de otra pelea a lo lejos. El monstruo se acercó enfurecido hacia su contrincante. - RESPLANDOR!!- Un rayo iluminó la caverna por unos instantes descargando todo su poder sobre la vestía fulminándola con el ataque. - FLECHAS DE FUEGO!!- Varios destellos rojos se observaron en la lejanía, un gritó de dolor inundó el recinto la bestia había sucumbido ante el ataque. Lantis no tuvo ninguna duda después de eso era Hikaru quien lo había ayudado pocos momentos antes, se acercó al lugar donde debería encontrarla pero la oscuridad era demasiada, se detuvo y escuchó como otros pasos se acercaban a él, también se detuvieron. Estuvo apunto de hablar pero no podía decir nada, fue entonces cuando escuchó las palabras de la joven. - Nuestro regreso significa problemas, cuando céfiro está en paz no nos necesita - un pequeño rayo salió de los dedos de la joven encendiendo una pequeña antorcha incrustada en la pared. - Pero aún así las necesitamos. - Nosotras también. Lantis extendió su mano hacia la Guerrera Mágica, ella trató de tomarla pero un destello blanco cubrió todo obligándolos a cubrirse el rostro. Al abrirlos ya no se encontraban en la caverna sino en diferentes lugares, Lantis se encontraba en Céfiro, mientras Hikaru había regresado a la Torre de Tokio. *** Abrió lentamente los ojos todo había sido un sueño, su cuerpo descansaba sobre un árbol, el viento soplaba y la tranquilidad reinaba como en el pasado, tal vez no estuviera tan equivocado, el regreso de las guerreras había sido problemas para céfiro, pero aún así era justo que ellas pudieran contemplar lo que su esfuerzo había logrado. - Espero que estés bien?- fue lo único que acertó a decir, miró al cielo con sus blancas nubes, los pájaros cantaron y el viento agitó su cabello con fuerza. *** Un rayo de sol golpeaba su rostro, abrió los ojos y miró a su alrededor; estaba en su alcoba, nuevamente todo era un sueño y debía despertar a la realidad, Céfiro estaba en paz y se alegraba por ello, pero deseaba volver a verlo. Frotó sus ojos, tomó el medallón de Lantis y lo sostuvo frente a su cara. - Espero que estés bien? - dijo mientras lo apretaba contra su pecho. El momento fue roto por una alarma de despertador, Hikaru se incorporó y apagó el reloj, un día más comenzaba. - Aun es temprano - dijo al ver el reloj, pero el sol no coincidía con la hora lo que le extrañó miró otro reloj colgado sobre la pared. - QUE??? - el reloj despertador estaba atrasado una hora. - Hikaru ya se te hizo tarde - le gritó su hermano antes de salir por la puerta - es la última vez que te lo repito. No había escuchado a su hemano estaba tan cansada que se había quedado dormida, se cambió a toda velocidad, salió de su casa sin desayunar corriendo a toda velocidad para llegar a su escuela, era posible que céfiro no estuviera en problemas pero ella si lo estaría si llegaba tarde a clases. Nota de autora: HOLA!!! espero que les haya gustado, fue sólo un momento de inspiración y aunque a muchos les desagrade aquí está, espero las críticas y demás cosas que se puedan mandar por un mail. Pero si no les gusta díganme la razón, como se supone que voy a mejorar como escritora si sólo me dicen que no les gusta o la insultan. Esta última nota fue por los mail que he recibido en mi otra historia y realmente me molesta que no me digan por qué no les gusta. Hikaru.